La rápida actuación de la Policía Nacional y la Autoridad Portuaria permitió reanimarla antes de la llegada de los sanitarios
Una madrugada de tensión en el Muelle 8
La madrugada del 4 de septiembre de 2025 quedará grabada en la memoria de los agentes de la Policía Nacional y de la Autoridad Portuaria de Alicante. A las 02:30 horas, una llamada a la Sala CIMACC 091 alertaba de que una mujer se había lanzado al mar en el Muelle 8 del Puerto de Alicante con intención de lesionarse.
Cuando llegaron los primeros efectivos, la escena era sobrecogedora: un vigilante de seguridad, un policía portuario y un ciudadano ya habían logrado sacarla del agua, pero la mujer estaba inconsciente, sin respiración ni pulso.
Cinco minutos sin signos vitales
Según confirmaron los testigos, la víctima habría permanecido hasta cinco minutos boca abajo en el agua. Un tiempo crítico que hacía temer lo peor.
Los agentes actuaron de inmediato: la colocaron en posición adecuada e iniciaron maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), utilizando además un desfibrilador portátil (DESA) para diagnosticar y tratar el paro cardiorrespiratorio.
Un rescate coordinado
La intervención fue un ejemplo de coordinación. Policías nacionales y portuarios organizaron un sistema de relevos, alternando la RCP cada dos minutos para no perder eficacia. Tras varios ciclos, la mujer reaccionó: expulsó agua por las vías aéreas y recuperó signos de vida.
La llegada de la ambulancia permitió continuar la asistencia médica, pero los sanitarios confirmaron lo que parecía un milagro: la rápida actuación de los primeros intervinientes había sido determinante para salvarle la vida.
Hospitalización y final feliz
La mujer fue trasladada con pronóstico reservado al Hospital General de Alicante, donde permaneció bajo seguimiento clínico. Días después recibió el alta médica sin secuelas, recuperándose tanto física como psicológicamente.
Reconocimiento a la intervención
Fuentes policiales destacan que este tipo de rescates ponen de relieve la importancia de la formación en reanimación cardiopulmonar y del uso de dispositivos como el DESA, que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
En palabras de un portavoz de la Policía Nacional:
“Cinco minutos sin signos vitales es un tiempo crítico. Gracias a la intervención inmediata y a la coordinación de todos los implicados, hoy podemos hablar de un final feliz”.