Este domingo por la mañana se celebró en la Plaza de la Virgen de Valencia la Conmemoración del Centenario de la Oficialización del Himno de Valéncia como tal, ya que el Himno fue creado en 1909 para la Exposición Regional de 1909 y en 1925 fue adoptado oficialmente como Himno de Valencia y Maximilià Thous le puso letra al mismo.
El acto celebrado por el Cap i Casal tuvo lugar en la Plaza de la Virgen, llena para la ocasión y si bien las intenciones eran buenas, la ejecución fue algo caótica y completamente desordenada, restando espectacularidad al acto.
Acudieron autoridades municipales, Susana Camarero en representación del Consell o el presidente de la Diputació Vicent Mompó, así como representantes de Alicante, Catelló y de Sueca, de donde era el compositor, el mestre Serrano.
El lugar
El lugar si bien icónico resultó pequeño para la ocasión y el montaje del acto fue caótico, ya que el espacio se dividió por la mitad y justo en medio de la plaza e colocaron un pequeño escenario con un atril para el presentador, una peana para la Real Senyera y dos columnas con dos bustos, el de Maximilià Thous y el del maestro Serrano.
Tras de sí, a ras de suelo, pero con moqueta se situaron 200 bailarines ataviados de valencianos y tras ellos, la soprano y los 400 músicos, y en un lado tras la fuente los 100 músicos de tabal i dolçaina.
No se pareció en ningún momento a la soprano mientras cantaba el himno, tapada por el escenario y no se podía ver a los músicos interpretando el himno, tras el escenario y los 200 bailarines que sólo actuaron en una dansà en unos minutos.
Un totum revolutum
Aprovechando que los moros y cristianos efectuaban después el alardo con arcabuces, se metió también en el acto además, de músicos de bandas, tabal i dolçaina, danzante los estandartes de las comparsas de moros y cristianos de la Ciudad. Sólo faltaba la Rosita Amores y las fallas para que todo el folclore estuviera unido, en un acto que sonaba a caótico desde el principio.
El presentador, Boro Peiró, nuevamente (parece que está abonado por el ayuntamiento), soltó algunos gazapos como que la Senyera de Lo Rat Penat se custodiaba en el Archivo del Ajuntament de Valencia (alguien confundió las Reals Senyeres gemelas), aunque luego dijo que era gemela de la del Ajuntament.
El mayor gazapo fue el asegurar que este año se conmemoraba el centenario de Valencia de Padilla, cuando se estrenó el 15 de octubre de 1924 como una parte a modo de marcha de una zarzuela.
El acto
Comenzó con la entrada de los 18 estandartes de las comparsas moras y crisitianas de la Ciudad. Tras esto, la Banda de Benicalap interpretó el pasodoble Amparito Roca. Tras esto, hizo su entrada la Real Senyera de Lo Rat Penat, con los acordes de «L’entrà la murta», portando las borlas, la Regina de Lo Rat Penat, maría García Vallcanera, dos niños de altares vicentinos, y el bailarín con down Eros Recio. Se situó en el escenario en la peana y prosiguió el acto.
Los 200 bailarines se situaron donde pudieron, entre las sillas y el escenario y rodeando al escenario y por pasillos para hacer una pequeña dansà, tras la cual se volvieron a situar todos tras el escenario.
Después fue el momento de los homenajes, a los bustos cedidos por Lo Rat Penat y efectuado para el acto de Maximilià Thous (creador de la letra del Himno) y del propio José Serrano, creador de la pieza musical. La primera corona de laurel fue entregada por la presidenta del Ateneo Mercantil de Valéncia y por el president de Lo Rat Penat. La segunda se entregó por parte del President de la Diputació, Vicent Mompó y de la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero y al tercera por el nieto de Serrano y la propia alcaldesa de Valéncia.
La alcaldesa dirigió un largo discurso en que trató de justificar su valencianismo perdido en sus acciones de gobierno, y tras este largo discurso político fue el momento de interpretar el Himno, y por dos veces.
El problema es que sólo el privilegiado redactor del Levante y luego uno de Las Provincias se les permitió subir a la casa vestuario junto con asesores municipales para grabar en un ejemplo más de agravio a los medios valencianos, ya que el resto a pie de calle y con un mínimo escenario plagado de cámaras no podíamos ni ver a la soprano tapada tras el escenario en un momento musical muy desacertado, ya que ni a los músicos, ni a la soprano, los protagonistas se les podía ver.
Se interpretó por dos veces como cuando se estrenó, y tras ello, se interpretó la marcha que representa al himno de España, y tras esto finalizó el acto. Luego vino el caos, con fotos oficiales y demás.
Una idea estupenda pero cuya ejecución era manifiestamente mejorable dada la experiencia del Consistorio en el montaje de este tipo de actos, parecían novatos y donde se quiso meter de todo para rellenar y finalmente se restó protagonismo a lo importante, el Himno de Valencia, la música y la soprano que lo interpretaba…