Mireia Sanmartín: La primera mujer que rompe la tradición milenaria en el Tribunal de les Aigües de Valéncia
En un hito histórico que fusiona tradición ancestral con avances modernos en igualdad de género, Mireia Sanmartín se convirtió ayer en la primera mujer en actuar como juez en una sesión del Tribunal de les Aigües de la Vega de Valéncia. Esta institución, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, ha operado durante más de un milenio resolviendo disputas sobre el riego en la fértil huerta valenciana, y hasta ahora, había sido un bastión exclusivamente masculino.

La participación de Sanmartín no solo marca un antes y un después en esta venerable entidad, sino que también resalta el rol invisibilizado de las mujeres en la agricultura tradicional valenciana.
Una sesión histórica: jueves 30 de octubre de 2025
La sesión del jueves 30 de octubre se celebró, como de costumbre, a las 12 del mediodía en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, bajo el tañido de las campanas del Micalet.
Sanmartín, subsíndica de la acequia de Quart de Poblet, asumió el rol de juez en ausencia del síndico titular. Para llegar a este puesto, cumplió con los estrictos requisitos tradicionales: ser propietaria de tierras en la zona y residir en Quart de Poblet.
Su elección en la última junta general de la acequia no fue casual; proviene de una familia de agricultores y regantes. Hija y nieta de personas dedicadas al campo, Sanmartín ha estado inmersa desde niña en las labores agrícolas y en el conocimiento de las normas ancestrales de riego, transmitidas oralmente durante siglos.
Por profesión, Sanmartín es economista, un campo que le ha permitido equilibrar su vida moderna con sus raíces rurales. Fuentes cercanas indican que, si su carrera profesional lo permite, no se descarta su candidatura a síndica en futuros bienios electorales, que duran dos años. Esta posibilidad podría consolidar aún más la presencia femenina en el Tribunal, abriendo puertas a otras mujeres en un sistema que valora la «honradez» y el compromiso con la comunidad por encima de títulos académicos formales.
El Tribunal de les Aigües de la Vega de Valéncia
El Tribunal de las Aguas, considerado la institución jurídica más antigua de Europa, tiene sus orígenes en el período de Al-Andalus, durante el Califato de Córdoba.
Tras la conquista del Regne de Valéncia por Jaume I en el siglo XIII, ha sobrevivido a reformas legislativas, desde el foralismo valenciano hasta el centralismo borbónico y las Cortes de Cádiz de 1812. Hoy, está amparado por la Constitución Española de 1978 y el Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana.
Su función principal es resolver conflictos relacionados con la distribución del agua del río Turia, un recurso escaso y vital para las 17.000 hectáreas de huerta que irriga a través de un intrincado sistema de acequias: madres, brazos, hijuelas y sequiolets.
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El Tribunal está compuesto por ocho síndicos, uno por cada acequia principal: Quart, Benácher y Faitanar, Mislata-Chirivella, Favara y Rovella en la margen derecha; Tormos, Mestalla y Rascanya en la izquierda.
Cada síndico es elegido democráticamente por los regantes de su acequia, y deben ser labradores honrados que cultiven directamente sus tierras. Las sesiones son públicas, simples y eficaces: sin protocolos complicados ni abogados, basadas en ordenanzas orales de origen árabe, codificadas por escrito desde el siglo XVIII.
Los síndicos visten el tradicional blusón huertano, que llevan como toga, y sus sentencias son inapelables, acatadas por tradición y autoridad moral, sin necesidad de intervención judicial ordinaria.
En 2009, la UNESCO inscribió al Tribunal en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, junto con el Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia, reconociendo su singularidad como modelo de gestión sostenible del agua. Esta distinción destaca su rol en la promoción de la paz y la equidad en el uso de recursos hídricos, y ha sido estudiada en foros internacionales como la conferencia «Water for Peace» en Washington (1967) o la «Carta Magna del Agua» en Mar del Plata (1977). El Tribunal no sólo resuelve disputas, sino que administra el sistema de riego, asegurando turnos justos y el mantenimiento de canales.
Nuevos aires para el Tribunal
La irrupción de Sanmartín en este escenario simboliza un avance significativo en la representación femenina dentro de las instituciones de regadío de la Comunitat Valenciana. Durante siglos, las mujeres han jugado un papel crucial en la agricultura valenciana: cultivando la tierra, gestionando huertos familiares y contribuyendo al mantenimiento de la huerta, esa franja verde que define el paisaje y la economía local.

Sin embargo, su participación formal en órganos de decisión como el Tribunal ha sido nula hasta ahora. Este evento refuerza el vínculo entre tradición y progreso, demostrando que costumbres milenarias pueden adaptarse a valores contemporáneos como la igualdad de género sin perder su esencia.Reacciones no se han hecho esperar.
La Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (FECOREVA), entidad fundada en 2004 para defender los intereses de los regantes, celebró el logro en sus redes sociales, destacando el linaje agrícola de Sanmartín y su contribución a la historia.
Expertos en patrimonio cultural ven en esto un ejemplo de cómo las instituciones tradicionales pueden evolucionar. En un contexto global donde el cambio climático agrava la escasez de agua, el Tribunal sigue siendo un modelo de sostenibilidad.
La participación de mujeres como Sanmartín podría aportar perspectivas frescas, como enfoques más inclusivos en la gestión de recursos. Mientras Valencia celebra este hito, queda claro que la huerta no solo produce alimentos, sino también avances sociales. Sanmartín, con su doble faceta de economista y regante, encarna esta transición, inspirando a generaciones futuras a preservar el patrimonio mientras lo modernizan.
Este acontecimiento no es solo local; resuena en debates internacionales sobre género y tradición. Al final, el agua del Turia fluye como siempre, pero ahora con un toque de equidad que promete un futuro más inclusivo para la huerta valenciana.
https://www.fecoreva.es/sanmartin-es-la-primera-mujer-en-el-tribunal-de-las-aguas-de-valencia/
 
			 
			 
					
 
 













 


