La Comisión de Bienestar Social ha decidido hoy, por unanimidad, el nombramiento de quien sustituirá a Asunción Pérez.
La concejala Marta Torrado destaca la trayectoria y experiencia en el ámbito social de quien va a “escuchar, asesorar y acompañar al colectivo que representa”.
La Comisión de Bienestar Social, Educación, Cultura y Deportes ha decidido hoy, por unanimidad, el nombramiento de Marcelino Mañas Vizcaíno como nuevo Defensor del Mayor de la ciudad, en sustitución de Asunción Pérez Calot, quien ha ocupado este cargo durante más de cuatro años.
Marcelino Mañas, diplomado en magisterio y especialista en el ámbito de lo social y de la cooperación internacional, ha sido trabajador de los Servicios Sociales municipales desde los inicios de los mismos, a principios de los años 80. En lo sucesivo, tal como recoge el Estatuto del Defensor/a de las Personas Mayores del Ayuntamiento de Valéncia, “escuchará, asesorará y acompañará a este colectivo” que, según datos de principios de año, representa el 21,4% de la población, ya que 180.624 personas se encuentran inscritas en el Padrón Municipal con 65 o más años.
En palabras de la concejala de Servicios Sociales, Marta Torrado, “Marcelino Mañas es un profesional muy motivado con todo lo que tiene que ver con las necesidades sociales de las personas y con más de 40 años de experiencia en el ámbito social”. “Además, dada su trayectoria no es ajeno al mundo de los mayores y sabrá responder a sus anhelos, problemáticas y necesidades. Por eso, consideramos que es uno de los mejores candidatos para impulsar políticas de envejecimiento activo y liderar acciones de mejora del estado del bienestar de nuestros mayores”, ha afirmado.
¿Cuál es su función?
Al igual que Asunción Pérez y sus predecesores, José Pelegrí, Vicente Pruñonosa y Manuel Ballester, Marcelino Mañas canalizará sugerencias y trasladará a las autoridades cualquier irregularidad que afecte al bienestar de las personas mayores de 60 años. Su labor también incluye promover la participación activa de este colectivo y supervisar la calidad de vida en el municipio. Aunque sus funciones son honoríficas y no puede anular actos administrativos, sí puede sugerir alternativas, advertencias y recomendaciones. Ahora falta que los político se dignen a escucharlas.
















