Paterna, Valencia, 19 de noviembre de 2025 – La tensión en el barrio de La Coma de Paterna ha escalado este miércoles con una nueva agresión a profesionales sanitarios, esta vez motivada por una disputa por una baja laboral. La Policía Local ha detenido a una joven de 26 años y a su madre tras amenazar de muerte a dos médicas y una enfermera en el centro de salud local, y por estrellar un vehículo contra el coche de una de las facultativas. El incidente, ocurrido en plena tarde, ha desatado protestas de familiares y amigos de las detenidas frente al ambulatorio y la comisaría, en un barrio que acumula un historial alarmante de violencia contra el personal médico.
Quería una baja laboral por incapacidad laboral sin estar trabajando
Los hechos se desencadenaron alrededor de las 14:30 horas en el centro de salud situado en la calle Silla. Según el relato de testigos y el informe policial preliminar, la joven, embarazada y recientemente dada de alta tras un accidente de tráfico en el Hospital de Manises, acudió a la consulta de una médica de atención primaria solicitando un parte de incapacidad temporal. Al indagar la facultativa sobre su empleo para cumplimentar el documento oficial, la paciente admitió no estar dada de alta en la Seguridad Social ni trabajar en ninguna empresa, lo que imposibilitaba la emisión de la baja laboral.
La respuesta no fue bien recibida. La joven irrumpió en gritos e insultos, profiriendo amenazas directas: «Como te vea por el barrio te voy a dar una paliza y te voy a matar», espetó antes de abandonar la consulta de forma abrupta. La situación escaló rápidamente cuando la madre de la agresora, alertada por teléfono, llegó al ambulatorio acompañada de un grupo de familiares. Juntas, increparon a las dos médicas y a una enfermera presente, intensificando las amenazas y creando un ambiente de pánico entre el personal y los pacientes.
El clímax llegó en el exterior: enfurecidas, madre e hija subieron a su vehículo y lo embistieron contra el coche particular de una de las médicas, estacionado en las inmediaciones. El impacto causó daños materiales significativos –rayones profundos y abolladuras en el parachoques–, aunque afortunadamente no resultó en heridos. Alertados por el personal sanitario, agentes de la Policía Local intervinieron de inmediato, deteniendo a las dos mujeres por amenazas graves, daños a la propiedad y alteración del orden público. Ambas fueron trasladadas a la comisaría de Paterna, donde se les tomaron declaraciones.
Horas después, un grupo de entre 15 y 20 personas –presuntamente familiares y amigos de las detenidas– se concentró primero en el ambulatorio de La Coma y luego ante la comisaría, exigiendo la liberación inmediata de las mujeres y denunciando «discriminación» por parte del sistema sanitario. La protesta transcurrió sin mayores incidentes gracias a la presencia policial reforzada, pero generó temor entre los vecinos y el personal médico, que optaron por cerrar temporalmente las consultas no urgentes.
Un Patrón de Violencia Endémica: Relación con Incidentes Previos en La Coma
Este suceso no es un caso aislado, sino el reflejo de un problema crónico en el centro de salud de La Coma, un barrio de Paterna conocido por su alta densidad poblacional y tensiones sociales. En los últimos años, las agresiones a sanitarios –verbales, físicas y con armas– han forzado cierres temporales y bajas masivas, erosionando la capacidad asistencial del ambulatorio. Expertos en salud pública advierten de un «efecto dominó» que disuade a nuevos profesionales de incorporarse, dejando al barrio con servicios al límite.
Para entender la gravedad, basta repasar los dos incidentes más recientes y paradigmáticos, que comparten raíces en frustraciones por atención médica y un contexto de inseguridad:
- Agresión con navaja a una enfermera (octubre de 2025): Apenas un mes antes, el 14 de octubre, una enfermera realizaba una visita domiciliaria en La Coma cuando fue perseguida, acorralada en un patio y agredida por un varón que la amenazó con una navaja en un intento de robo. La profesional, empujada al suelo y forcejeando para escapar, alertó a vecinos con gritos, lo que facilitó su huida y la intervención de la Policía de Barrio de Paterna. El agresor fue detenido al día siguiente por la Policía Nacional, pero la enfermera sufrió heridas leves y solicitó baja laboral por estrés postraumático. Este caso, que generó una reunión de coordinación entre Policía Local y Nacional para reforzar la seguridad en centros médicos, subraya la vulnerabilidad de las visitas a domicilio, similar a cómo la discusión por la baja en el incidente actual escaló a la calle.
Cierre masivo por amenazas y agresión física (mayo de 2023): En un episodio que paralizó el ambulatorio durante 12 días (del 10 al 22 de mayo), la práctica totalidad del personal de Atención Primaria –incluidas médicas y enfermeras– solicitó bajas laborales por el «insoportable» acoso diario: insultos, intimidaciones y, en al menos un caso, una agresión física con armas blancas por parte de un paciente frustrado. El detonante fue un ataque directo a un médico el 9 de mayo, que dejó al centro sin profesionales y obligó a derivar urgencias al Hospital de Manises. Sindicatos como CCOO y el Colegio de Médicos de Valencia denunciaron un «contexto de ansiedad constante», con al menos 25 agresiones registradas en la provincia ese año –muchas no denunciadas por miedo–. La reapertura incluyó detectores de metales y patrullas permanentes, medidas que no han evitado el repunte reciente.
Estos eventos, sumados al de hoy, revelan un patrón: disputas por prestaciones sanitarias (bajas, visitas o tratamientos) que derivan en violencia, agravada por la percepción de un barrio «abandonado». En 2021, un cierre similar por amenazas forzó un refuerzo policial, y en octubre de 2025, sanitarios locales reclamaron más protección tras «agresiones verbales frecuentes».
















