«Si no hay hogar, no existe un proyecto de vida»
En el marco de la Jornada Mundial de los Pobres que se celebra el próximo domingo, nos adentramos en una asociación presente en nuestra diócesis que atiende a los últimos de los últimos, a los más pobres, a las personas que viven en la calle. La Asociación Apostolado de la Divina Misericordia lleva diez años en Valencia recorriendo las calles de la ciudad por la noche, semana tras semana, para prestar ayuda, comida y abrigo a las personas que duermen en la calle, y sobre todo, para ofrecerles su tiempo y escucha.
Desde la entidad, que tiene su sede en la parroquia San Francisco de Borja de Valencia, aseguran que a lo largo de estos diez años ha cambiado mucho el perfil de las personas sin hogar. Cada vez hay más casos de personas que han tenido acceso a una casa, unos estudios y un puesto de trabajo, y que lo han perdido todo por no poder hacer frente a los gastos. A ellos se unen centenares de personas que abandonaron su tierra natal para buscar una vida mejor y no han logrado asentarse en Valencia. Rostros solitarios con una historia a cuestas, que se vuelven invisibles para el resto de la ciudad, y todavía más vulnerables cuando cae la noche, entre los que llama la atención el aumento de jóvenes.
«El problema fundamental en nuestra sociedad, que también vemos reflejado aquí en Valencia, es el de la vivienda. No tener casa abarca mucho más allá de no tener una vivienda. El no poder tener una casa es no poder pensar en un proyecto de vida, en una familia, en formarse o dar formación a los menores», comenta Pedro Miret, presidente de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia en Valencia. El sacerdote asegura que la itinerancia impide establecer un futuro y una estabilidad, que además acaba siendo peligrosa y más vulnerable en el caso de los jóvenes o las mujeres que viven en soledad.
La labor de la entidad no se centra en la salida nocturna que realiza cada miércoles, a lo largo de toda la semana un grupo de voluntarios recorre distintos lugares de Valencia, comprobando si hay nuevos asentamientos o nuevas personas, para llevar un seguimiento de las atenciones. No es una labor puntual, porque no solo necesitan ayuda material, necesitan apoyo psicológico, sentirse escuchados y también acompañamiento y atención. «En varias ocasiones hemos acompañado a las personas a centros de salud y hospitales de urgencia y hemos permanecido a su lado si han sido ingresados», señala Miret, que también es párroco del templo de San Francisco de Borja, en el barrio valenciano de Ruzafa.
«Nuestra labor es, sobre todo, ejercer las obras de misericordia, que es el centro de la espiritualidad de la Divina Misericordia. Obras que suponen dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo y enterrar a los muertos, entre otras, y en las que lleva trabajando la asociación ininterrumpidamente desde julio de 2015».
A lo largo de estos años, la entidad ha asumido el funeral y las exequias de varias personas sin hogar «para ofrecerles una despedida digna y cristiana», así como facilitar el traslado de familiares, en el caso de existir, para participar en la sepultura.
Igualmente, el Apostolado estuvo presente durante la catástrofe de la DANA, «desde el primer instante, nuestros voluntarios y jóvenes estuvieron en los pueblos afectados del área de Valencia, para ayudar en este caso, no solamente a las personas sin hogar, sino a todas las personas afectadas».
La Asociación Divina Misericordia Valencia
La Asociación fue constituida coincidiendo con la convocatoria en 2015 del Año Jubilar de la Misericordia por el papa Francisco, con el fin de «promover la práctica de las obras de misericordia y colaborar en proyectos orientados a paliar necesidades básicas de personas desfavorecidas», entre otros objetivos.
El Apostolado de la Divina Misericordia es, ante todo, una realidad eclesial mundial, en el que miles de cristianos procuran vivir con espíritu de humildad y confianza en Jesucristo, practicando las obras de misericordia. En España, la espiritualidad de la Divina Misericordia viene extendiéndose desde 1980, en algunas diócesis como Albacete, Almería, Barcelona, Cáceres, Cartagena, Cuenca, Getafe, Guadix, Jaén, Jerez de la Frontera, Lleida, Logroño, Lugo, Madrid, Orihuela-Alicante, Oviedo, Pamplona, Palencia, San Sebastián, Sevilla, Tarragona, Valencia, Zaragoza, Vigo o Zamora, bien en asociaciones erigidas canónicamente o en pequeños grupos nacientes.
Las personas interesadas en colaborar o recibir información sobre la asociación pueden contactar a través del correo electrónico divinamisericordiavalencia@gmail.com, o informarse a través de sus Redes Sociales y la web divinamisericordiavalencia.com.
















