La Comisión Europea ha advertido este miércoles del riesgo de injerencia extranjera que podría derivarse del contrato que el Ministerio del Interior español mantiene con Huawei para el almacenamiento de escuchas judiciales del sistema SITEL.
La alerta ha sido lanzada por Henna Virkkunen, vicepresidenta comunitaria para la Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia, en una respuesta parlamentaria al eurodiputado de Vox, Jorge Buxadé, que pidió aclaraciones sobre si este acuerdo está alineado con las recomendaciones europeas en materia de ciberseguridad y con la aplicación de la Directiva SRI 2.
Huawei, proveedor de “alto riesgo”
“El contrato celebrado por el Ministerio del Interior español con Huawei puede crear potencialmente una dependencia de un proveedor de alto riesgo en un sector crítico y sensible que aumentaría el riesgo de injerencia extranjera”, ha señalado Virkkunen en su escrito.
La dirigente finlandesa recordó que en junio de 2023 Bruselas ya clasificó a Huawei y ZTE como proveedores que presentan “riesgos significativos mayores que otros competidores” en el despliegue del 5G. En aquel momento, la Comisión se comprometió a evitar que sus propias redes corporativas se expusieran a la tecnología de estas firmas y a restringir su acceso a financiación comunitaria.
Advertencias previas a los Estados miembro
En esa misma línea, la Comisión Europea animó entonces a los Estados miembro a “restringir o excluir” a Huawei y ZTE de sus proyectos de telecomunicaciones, además de adoptar medidas que mitigaran posibles vulnerabilidades.
Ahora, la vicepresidenta comunitaria enmarca la adjudicación del contrato español en un contexto de mayor vigilancia sobre la seguridad de las cadenas de suministro tecnológicas y de las infraestructuras críticas de la Unión Europea.
Sin medidas concretas, por ahora
Pese a la advertencia, Virkkunen no ha anunciado medidas inmediatas contra el acuerdo español, y ha señalado que será en la próxima revisión del reglamento europeo de ciberseguridad cuando se evalúe de manera más amplia la resiliencia de las infraestructuras digitales y las cadenas de suministro.
La cuestión queda así en un terreno de recomendación y advertencia, mientras persiste la inquietud en Bruselas sobre la dependencia de proveedores externos considerados de alto riesgo en sectores estratégicos para la soberanía tecnológica de la UE.