La Consellería de Sanitat debería pensar en verano instalar un puesto de ambulancias en el propio Mercado Central, ya que día tras día las ambulancias llegan al Mercado Central fruto de lipotimias y golpes de calor.
Este año ya se han superado las 100 lipotimias en el interior del Mercado Central y aún queda un mes de verano
Las lipotimias que no cesan
Las lipotimias no cesan cada día y las quejas de los visitantes/clientes no paran de aumentar, según los propios funcionarios «no podemos hacer más que informar sobre las decenas de quejas por el exceso de calor de visitantes y compradores cada día».
El palmito o abanico se ha puesto tan de moda que los propios vendedores y trabajadores unidos bajo la asociación de comerciantes y trabajadores de La Cotorra han hecho abanicos que son la sensación del Mercado, y mientras puestos como el de la presidenta Merche Puchades se han instalado su propio aparato de aire acondicionado estando fresquitos en su parada, distribuyen calor al resto… y el Mercado Central debería llamarse Horno central de Valencia.
Las oficinas del mercado gestionado de forma privada por una asociación que acumula cientos de irregularidades y que tiene la concesión en precario por caducidad de la concesión desde el 1 de enero de 2018 están a 20ºC con sus propios aparatos de aire, a veces necesitando hasta chaqueta, mientras bajo, los concesionarios sufren lipotimias y golpes de calor, esto es un abuso de poder y una mala gestión, abandonando a los concesionarios y perjudicando y jugando con la salud de los más de 700 trabajadores que a diario trabajan bajo los techos del Mercado Central.
Las excusas que ya no cuelan
Las ideas para colar y justificar su inacción han sido varias y variopintas a los largo del tiempo, desde que patrimonio no lo permite (cuando no hay desde 2007 fecha de la rehabilitación del Mercado) absolutamente ninguna petición, por lo que no pueden denegar lo que no se pide, hasta hacer entrevistas en el sótano para justificar que se está fresquito, como hizo la gerente al Canal 8 Mediterráneo, al que atendió en el sótano (la próxima entrevista, mejor en alguna cámara frigorífica).
Negar la evidencia además de ser de necios es de tratar de justificar su incompetencia e inutilidad para el cargo, y asegurar que no hace calor es jugar con la salud de visitantes, compradores y trabajadores a diario, y las más de 300 lipotimias los últimos 3 años parecen una broma de mal gusto, personas a las que la gerente y al asociación que lleva la gestión parecen despreciar, así como desprecian la salud de miles de personas.
¿Y qué hace la alcaldesa María José Catalá?
Nada, a pesar de que el recinto es municipal no hace nada, deriva todo a su concejal, el mismo que lleva 2 años sin reunirse con la Asociación La Cotorra, el mismo que lleva dos años diciendo que «es un mercado de autogestión» y escurriendo el bulto, el mismo concejal que justifica la suciedad de las paredes en que «se limpiará cuando acaben las obras de la Iglesia de los Santos Juanes» ( luego vendrán las obras de los heteles cercanos y quizá luego otra excusa más).
La Asociación de comerciantes y trabajadores de La Cotorra le ha requerido una segunda vez a la Alcaldesa María José Catalá, esta vez el 1 de agosto, y sigue sin ninguna respuesta de alcaldía, donde parece que todos se deben haber cogido vacaciones, aunque de facto lo estén a perpetuidad dado su escaso trabajo.
«Hemos exigido soluciones urgentes a la alcaldesa otra vez, a vez si se digna a hablar con nosotros y deja de despreciar la salud de miles de personas a las que expone a altas temperaturas a diario».
La Cotorra le recuerda a la alcaldesa que el género se está resintiendo, que en la zona de pesacadería gastan cientos de euros cada día en hielo para intentar mantener el género en condiciones y que cada día por la tarse se reparan al menos 4-5 motores que se han resentido por el calor.
Hace semanas una vendedora con un golpe de calor tuvo que ser ingresada unas horas en un Hospital.
«Aún estamos esperando que el concejal o al alcaldesa se interese por la salud de estas personas y que venga a conocer lo sucedido».
Las peticiones de reunión imposibles
Por mail esta asociación ha pedido hasta en 5 ocasiones reuniones en dos años con el concejal, nunca atendidas y olvidadas, y la de la alcaldesa del año pasado les derivó a su concejal de mercados, el mismo que luego no contesta.
Este diario ha podido conocer que la alcaldesa impidió in extremis una reunión de esta asociación con el concejal de cultura y patrimonio histórico José Luis Moreno para transmitirle la situación del edificio con múltiples goteras en el sótano y problemas estructurales que nadie soluciona.
Fueron derivados nuevamente el concejal Santiago Ballester, el que nunca contesta. ¿y qué hacer?. Pues este año le han enviado una segunda misiva a la alcaldesa a al vez que han comebzado una recogida de firmas que llevan ya más de 1.000 y se siguen repartiendo abanicos reivindicativos que son la sensación del Mercado.
El Mercado Central de Valencia se llena de abanicos por el calor que exigen soluciones a Catalá
Este diario le gustaría conocer la versión de la asociación privada que gestiona irregularmente el mercado y de su presidenta Merche Puchades, pero sólo obtiene insultos de una persona que escenifica a la perfección la frase «verdulera de mercado». La misma nos llegó a decir que «sóis unos chismosos y dejad de mentir, metomentodos», parece que a nadie le gusta le muestren sus vergüenzas y su inutilidad para el cargo. Así es como la asociación privada que gestiona el mercado trata a la prensa bajo un recinto municipal, con la connivencia de Catalá.
Igualmente la gerente no contesta y sólo nos remite a los guardias de seguridad que acosan por órdenes de esta gerente y su no-gestión a los medios, especialmente a Noticias Ciudadanas.
La solución anuncidada. ¿Cortina de humo?
La solución anunciada es de la adjudicación de un estudio, que se adjudicó incluso después de anunciarse, este mismo mes de agosto y tiene al menos 5 meses para idear propuestas y dar un informe al Ayuntamiento. Después se deberá adjudicar un estudio de redacción del proyecto, y posteriormente presentarlo y negociarlo con Patrimonio de la Generalitat Valenciana, y después adjudicar el proyecto de climatización, así hasta al menos 2028 ó 2029 no estará listo si nada se tuerce en el camino…
¿Y mientras? Pues esa es la pregunta de los trabajadores, vendedores y clientes. mientras la desesperación absoluta y el abandono institucional. Todos los implicados advierten que han de tomarse soluciones de urgencia transitorias y la alcaldesa se ha de mojar de una vez.
Un Ayuntamiento que no gestiona y una alcaldes que no responde y un concejal que no responde y discrimina, ¿qué más se puede pedir?, un Ayuntamiento que NO funciona y sigue vendiendo humo…los valencianos no votaron para ser engañados, otra vez, y a Ribó le pasó factura, ¿le pasará factura a la Catalá?