El pasaje Doctor Serra de Valencia e ha convertido en el nuevo mercadillo del Top Manta ante la total ausencia policial.
Bolsos, zapatillas, camisetas de fútbol, perfumes, todo falsificaciones, eso sí, más de 10 puestos perfectamente organizados en un calle peatonal que sólo tiene tres salidas.
Las miles de personas que acuden al Primark y también la personas que acuden al centro andando por esta vía son sus potenciales clientes, a plena luz del día, y perfectamente organizados venden sin ningún rubor estas falsificaciones.
¿Pobres migrantes, mafia o competencia desleal?
He aquí el debate, por supuesto es competencia desleal de marcas comerciales que venden productos falsificados de las mismas, con el daño que esto les ocasiones en pérdidas, pero además perdemos todos, ya que toda transacción es ocultada a Hacienda y no paga los impuestos, esos que las campañas institucionales del gobierno se empeñan en afirmar que es para construir hospitales, colegios, aunque también hemos sabido que son para pagar favores como parece ha sido al hermanísimo del Presidente del Gobierno, para la asesora de la mujer de Pedro Sánchez, o eso parece, y para un ejército de asesores que nos tratan como borregos mientran manejan miles de euros para los caprichos de sus asesorados, llámese Koldo, por ejemplo.
Otra parte dirán que se están ganando la vida, pero miles de ocasiones hemos podido comprobar que tras esas falsificaciones hay una organización criminal perfectamente organizada que finalmente sus objetivos es financiar otros fines como los terroristas, porque sacan millones con ello, millones en negro ocultos al fisco, y que dan para comprar misiles o para otras muchas actividades delictiva, porque sí, el terrorismo se financia con estos lares y con la venta de sustancias estupefacientes en el primer mundo.
Deberemos también observar que «casualmente» los vendedores son ilegales, personas que son reclutadas para esa venta y deberemos pensar en lo que finalmente se quedan ellos, porque tras esto hay una organización mafiosa que finalmente también juega con ellos, los utiliza y los quiere ilegales para poder manejarlos a su antojo…
¿Y las autoridades?
Pues en este caso son los ayuntamientos los responsables de acabar con esto, en este caso la policía local de Valencia, y en el caso de Valencia María José Catalá. Es fácil de pensar que acabada la temporada estival estos cientos de vendedores doblemente ilegales pasan de los paseos marítimos de zonas de playa a las grandes ciudades buscando su público, la acumulación de gente, la mal llamada ganga, desde botas con restos químicos perjudiciales para la piel a perfumes que pueden llevar sustancias nocivas, ¿y que hace la alcaldesa de Valencia para proteger a su población?. Pues nada, dejar hacer, y eso que gobierna con Vox, el partido que «supuestamente» lucha (de boquilla) contra la inmigración ilegal, pero que no presiona en Valencia contra ésta…
Para Compromís y el PSPV son pobres migrantes intentando ganarse la vida y para Catalá no existen, no los ve, aunque sabe de su existencia, y mejor Vox callado, cobrando como gobierno y teniendo un ejército de asesores.
Lo dicho, los políticos, todos, dicen una cosa y suelen hacer lo contrario, a los hechos nos remitimos. Es imposible no ver este nuevo centro comercial al aire libre… que ocupa casi toda la calle entre el Primark y la calle Xàtiva, ¿o es que no pasa ningún policía en todo el día?… Maria José Catalá, de todas formas, señora alcaldesa hágaselo mirar… Pero juzguen ustedes los hechos.