Alzira, Valencia | 23 de noviembre de 2025 – La muerte de una niña de seis años tras un tratamiento dental en la Clínica Dental Mireia de Alzira ha desatado una investigación multidisciplinar que involucra a la Conselleria de Sanidad, la Policía Nacional y la Justicia. Mientras tanto, la otra menor afectada, de cuatro años, permanece estable en la UCI del Hospital de la Ribera, aunque los partes médicos más recientes no han reportado avances significativos en su evolución desde el fin de semana. Este suceso, ocurrido el jueves 20 de noviembre, ha puesto bajo lupa las prácticas de sedación en clínicas dentales privadas y ha llevado al cierre cautelar de las actividades de anestesia en el centro.
El fatídico jueves: Dos tratamientos que terminaron en urgencias
La mañana del 20 de noviembre transcurría con aparente normalidad en la Clínica Dental Mireia, ubicada en el corazón de Alzira. Dos niñas pequeñas, una de seis años procedente de Algemesí y otra de cuatro, acudieron para sendos tratamientos odontológicos rutinarios: extracción de dientes de leche y empastes, ambos bajo sedación intravenosa. Ambas pacientes fueron atendidas por el mismo anestesista, un especialista externo contratado por la clínica.
Sin embargo, horas después de abandonar el centro, la situación se precipitó. La niña de seis años, identificada como A.B., comenzó a presentar síntomas alarmantes: vómitos, palidez extrema y dificultad respiratoria. Según el testimonio de sus padres, la menor estuvo en observación en la clínica durante cuatro horas, pero fue dada de alta pese a las señales de malestar. A las 16:52 horas, llegó al Servicio de Urgencias del Hospital de la Ribera en parada cardiorrespiratoria. A pesar de los esfuerzos del equipo médico, falleció poco después. La autopsia, aún pendiente de resultados definitivos, apunta preliminarmente a una complicación relacionada con la sedación.
La niña de cuatro años, por su parte, también derivada al mismo hospital, ingresó en la UCI con síntomas similares, aunque menos graves. Los facultativos que la atendieron sospechan de un posible lote defectuoso de anestésico utilizado en ambos casos, una hipótesis que está siendo analizada en el marco de la pesquisa sanitaria.
La investigación: Irregularidades en la sedación y un centro sin autorización para sedación intravenosa en menores
La Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana actuó con celeridad: el mismo viernes 21 de noviembre decretó el cese cautelar de todas las actividades de sedación en la Clínica Mireia, al constatar que el centro carecía de la autorización específica para realizar sedaciones intravenosas en menores. Esta irregularidad, revelada por inspecciones urgentes, ha centrado la atención de la investigación judicial abierta por un juzgado de Alzira. La pesquisa analiza si se incumplió la normativa autonómica sobre procedimientos anestésicos en odontología privada, que exige protocolos estrictos y licencias para intervenciones de este tipo.
La Policía Nacional ha tomado declaraciones al anestesista implicado, quien administró la sedación a ambas niñas. Fuentes cercanas a la investigación indican que el profesional, un médico colegiado, ha colaborado plenamente, pero no ha podido explicar el origen de la reacción adversa. La propietaria de la clínica, Mireia López, defendió en declaraciones a los medios que «la niña salió aparentemente bien» y apuntó a un posible fallo en el material anestésico, aunque evitó entrar en detalles sobre el lote en cuestión. Sanidad ha secuestrado muestras del fármaco para su análisis en laboratorios forenses, en busca de contaminaciones o errores de dosificación.
Hasta la fecha, no se han imputado cargos formales, pero la fiscalía de menores supervisa el caso dada la edad de las víctimas. La clínica permanece abierta para consultas no invasivas, pero bajo vigilancia estricta. Vecinos y padres de la zona han expresado su consternación en redes sociales, exigiendo mayor transparencia y revisiones periódicas a centros dentales pediátricos.
Evolución de la niña de cuatro años: Estable, pero sin altas confirmadas
La menor de cuatro años, ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital de la Ribera, ha mostrado signos de mejoría desde su llegada el jueves. Según el último parte médico disponible, emitido el sábado 22 de noviembre, la niña está consciente, responde a estímulos y ha comenzado a ingerir alimentos sólidos y líquidos, lo que indica una recuperación progresiva de sus funciones vitales. No obstante, permanece en observación debido al riesgo de secuelas neurológicas o respiratorias derivadas de la hipoxia inicial.
Este domingo 23 de noviembre, el hospital no ha facilitado actualizaciones adicionales, priorizando la intimidad familiar. Fuentes sanitarias consultadas por este medio indican que su estado es «estable dentro de la gravedad», con pronóstico reservado a corto plazo. La familia, que ha solicitado privacidad, recibe apoyo psicológico del centro hospitalario.
Repercusiones y lecciones de una sedación bajo sospecha
Este trágico episodio ha reavivado el debate sobre la regulación de las sedaciones dentales en España, especialmente en niños. Expertos en odontopediatría recuerdan que, aunque infrecuentes, las complicaciones anestésicas representan un 0,1% de los casos, pero subrayan la necesidad de centros acreditados y equipos multidisciplinares. La Asociación Española de Odontología Pediátrica ha emitido un comunicado solidarizándose con las familias y urgiendo auditorías nacionales.
Mientras la investigación avanza –con resultados preliminares de la autopsia y el análisis toxicológico esperados para esta semana–, la comunidad de Alzira llora la pérdida de una niña llena de vida y espera justicia para la que lucha por recuperarse. La Clínica Mireia, por su parte, enfrenta un futuro incierto bajo el escrutinio público y administrativo.
















