Valencia, 20 de julio de 2025
Por Abraham Pérez
Un juzgado de menores ha condenado a cuatro adolescentes por acosar de forma continuada, con violencia psicológica y física, a un joven transexual durante más de un año en una localidad de la comarca valenciana de la Vall d’Albaida. Los hechos, calificados como delito de odio, obligaron a la víctima a cambiar de colegio y abandonar su pueblo para poder rehacer su vida lejos del acoso sistemático.
Año de persecución y hostigamiento
Según la sentencia del Juzgado de Menores número 4 de Valencia, los cuatro acusados –todos menores de edad– participaron activamente en un acoso persistente desde abril de 2023 hasta abril de 2024. La víctima, un chico transexual nacido en 2008, sufrió un “continuo menoscabo y menosprecio” motivado exclusivamente por su identidad de género, como reconoce el fallo judicial.
Los hechos incluyeron insultos constantes, persecuciones por la calle, y en al menos una ocasión, una agresión física directa en el contexto de una pelea entre dos grupos juveniles. La víctima vivía atemorizada en su entorno cotidiano, hasta el punto de que sus progenitores decidieron cambiarlo de instituto y trasladarse a otro municipio para garantizar su seguridad y estabilidad emocional.
Tabla resumen del caso
Elemento | Detalle |
---|---|
Víctima | Adolescente transexual, nacido en 2008 |
Agresores | Cuatro menores, vecinos del mismo municipio |
Localidad | Vall d’Albaida (nombre no revelado por protección) |
Duración del acoso | Abril de 2023 – Abril de 2024 |
Motivación del delito | Identidad de género de la víctima (transfobia) |
Consecuencias para la víctima | Cambio de centro escolar y de residencia |
Tipo de delito | Delito de odio, según el Juzgado de Menores nº 4 |
Resolución judicial | Condena firme tras acuerdo de conformidad |
Reconocimiento legal: delito de odio
El caso se enmarca dentro de la legislación española sobre delitos de odio, que penaliza las agresiones motivadas por la orientación sexual o la identidad de género. La sentencia considera que los condenados actuaron movidos por prejuicios transfóbicos, lo que agrava los hechos cometidos y justifica la tipificación delictiva.
Aunque el juzgado no ha hecho públicas las medidas exactas impuestas, como ocurre en los procedimientos de jurisdicción de menores, la condena incluye medidas reeducativas y de seguimiento para los cuatro agresores, quienes ya han reconocido los hechos ante el tribunal mediante un acuerdo de conformidad.
Una realidad persistente
El caso refleja una realidad preocupante: el aumento de agresiones contra personas LGTBIQ+ en entornos escolares y juveniles. Diversas organizaciones como Lambda o Chrysallis han alertado en los últimos años del repunte de los casos de transfobia en centros educativos, a menudo invisibilizados o banalizados por parte de la comunidad educativa o institucional.
El acoso escolar por identidad de género no es solo una cuestión de violencia física o verbal. Sus consecuencias incluyen estrés postraumático, abandono escolar, aislamiento social e incluso riesgo de suicidio, según numerosos estudios en el ámbito de la psicología adolescente.
Reacciones y peticiones
Desde colectivos LGTBI valencianos han celebrado la condena como un paso importante en la visibilización del odio hacia las personas trans y la necesidad de que los agresores enfrenten consecuencias. No obstante, también reclaman una mayor formación de docentes, planes de inclusión activa en los centros escolares y un seguimiento real a las víctimas de acoso por razón de identidad o expresión de género.