Más de 32 kilómetros de atascos paralizan las entradas y salidas de Valencia este miércoles 11 de junio de 2025. Las vías más afectadas: V-31, A-7 y V-30. La rutina del atasco continúa.
Un miércoles más en la gloriosa ciudad de Valencia, donde el sol se cuela por las persianas mientras cientos de conductores se preguntan por qué demonios no cogieron el metro (o mejor aún, por qué no se quedaron en casa teletrabajando como en 2021). A las 8:15 de la mañana, mientras medio mundo aún saborea el primer sorbo de café, en las carreteras valencianas ya se cocinaba el infierno: más de 32 kilómetros de retenciones repartidos cual jamón york en bocadillo barato por las arterias viales que rodean y penetran esta urbe mediterránea.
¿Qué ha pasado? ¿Una invasión extraterrestre? ¿Un desfile de tractores? ¿Una familia de patos cruzando la A-7?
No. Nada de eso. Solo tráfico. Del bueno. Del de siempre.
Las causas del colapso: spoiler, no hay drama
A pesar de lo que uno desearía para justificar su llegada tarde al trabajo, esta vez no hubo accidentes. Ni volcados, ni fugas de camión cisterna, ni cabras en la carretera. Lo que hubo fue lo de siempre: gente saliendo a la vez a trabajar, niños que hay que dejar en el cole, y una red vial que, sinceramente, ya no da más de sí.
Según fuentes de la siempre infalible Dirección General de Tráfico (DGT), estas colas no responden a ninguna incidencia especial. Simplemente, es miércoles, hace buen tiempo y la gente sigue creyendo que saliendo cinco minutos antes podrá esquivar el atasco. Spoiler: no.
Radiografía de la congestión: tramos donde la paciencia fue asesinada
A continuación, una detallada descripción de las zonas más conflictivas, ideal para que cualquiera que haya sobrevivido a ellas esta mañana pueda decir: “¡Ahí estuve yo! ¡Ese atasco era el mío!”
A-7: La muralla invisible
- Entre El Baro y Cruz de Gracia (sentido Alicante): 4,5 km de coches detenidos, conductores tamborileando en el volante y más de uno renegando de haber elegido ese carril.
- Entre Masía del Juez y Quart de Poblet (sentido Barcelona): otros cuatro kilómetros de pura desesperación y cero Spotify Premium para animar el trayecto.
V-31: La mítica Pista de Silla
- Entre Silla y Beniparrell (sentido Valencia): cinco kilómetros de vehículos avanzando más lento que una paella al horno.
- Entre Sedaví y Horno de Alcedo (sentido Valencia): dos kilómetros de espera que probablemente hicieron que más de uno se planteara girar y volver a casa.
- A la altura de Horno de Alcedo (sentido Alicante): un kilómetro testimonial, pero lo justo para que la frustración florezca.
V-30: El cinturón de acero
- Paterna (sentido puerto): dos kilómetros de tráfico lento, o como lo llaman en Paterna, “el pan de cada día”.
- Entre Quart y Benimàmet/Beniferri (sentido puerto): tres kilómetros de cola perfecta para reflexionar sobre la fugacidad de la vida.
- Entre el barrio de la Luz y Mislata (sentido A-7): otros dos kilómetros, porque no hay dos sin tres.
CV-35: La trampa de los que venían de San Antonio
- Entre la Lloma Llarga y Cruz de Gracia (sentido Ademuz): tres kilómetros de embotellamiento, que parecen seis si llevas niños en el asiento trasero.
- Entre San Antonio de Benagéber y Cruz de Gracia (sentido Valencia): dos kilómetros de tráfico con sabor a resignación.
Otros tramos de “diversión”
- CV-33 (Masía del Juez – Picanya, sentido CV-36): dos kilómetros que invitan a la introspección.
- A-3 (Quart de Poblet – Mislata, sentido Valencia): dos kilómetros más, en caso de que pensáramos que nos íbamos a quedar con hambre.
La rutina del atasco: más valenciana que la horchata
Podríamos hablar de soluciones. Podríamos mencionar el transporte público, el carril bici o los patinetes eléctricos que ya circulan a velocidades sospechosas por las aceras. Pero eso sería demasiado lógico.
La realidad es que, año tras año, Valencia mantiene su idilio con los atascos como quien no quiere ver que la relación no funciona. Y aquí seguimos: 2025, inteligencia artificial, coches eléctricos, ciudades inteligentes… pero en el fondo, seguimos en la Edad del Embotellamiento.
¿Y la DGT? Sí, ellos también están mirando
La DGT, que madruga más que tú, publica cada mañana sus reportes en tiempo real. Eso sí, a veces da igual lo que diga la aplicación: si hay tráfico, lo hay. Punto.
Por eso, su recomendación sigue siendo la de siempre: consultar la app antes de salir de casa, evitar las horas punta (o sea, entre las 7 y las 10, básicamente todas las útiles), y si es posible, buscar rutas alternativas. O sea, lo mismo de todos los días pero con distintas palabras.
¿Soluciones a largo plazo? Bueno… eso es otro artículo
Es muy bonito hablar de túneles, trenes lanzadera, carriles reversibles y demás ideas futuristas que probablemente no veamos ni en la secuela de “Blade Runner”. Pero mientras tanto, la ciudad sigue funcionando (o no) como puede.
Tal vez algún día haya una gran revolución del transporte metropolitano. Tal vez alguien tome decisiones valientes. Tal vez hasta se construya un segundo cinturón que no termine en un descampado.
Pero hoy no. Hoy solo hay tráfico.
¿Y tú, cuánto tiempo has perdido hoy en la carretera para llegar a hacer lo mismo de si