Un tranquilo día de pesca en la Albufera de Valencia terminó convirtiéndose en un show de acrobacias acuáticas cuando miles de llisas decidieron saltar sobre la barca de Nelo, un pescador que aún no se explica si estaba en un documental de la BBC o en un sketch de cámara oculta.
Imagina estar tranquilamente en tu barca, en la hermosa Albufera de Valencia, rodeado de naturaleza, disfrutando del sol, del agua… y de repente, ¡bam!, una lluvia de peces te cae encima. Pues eso fue, literalmente, lo que le pasó a Nelo, un pescador valenciano que ya no sabe si contarlo como una anécdota o buscar un buen psicólogo que le confirme que no está loco.
Porque sí, mientras tú sufres porque tu vecino te tira las migas del bocata desde el balcón, a Nelo casi le saltan las llisas a la cabeza en una jornada de pesca que terminó pareciendo el ensayo general de «El Circo del Sol», pero versión marina. Las llisas, esos peces que parecen siempre estar con cara de haber oído un chiste malo, decidieron que ya estaba bien de nadar en línea recta y comenzaron a saltar alrededor de la barca, regalando un espectáculo digno de cualquier película de Pixar. ¿Te lo imaginas? Pues sigue leyendo, porque esto no es nada.
El pescador que quería pescado… pero no tanto
Nuestro protagonista, Nelo (que para más señas es el pescador más famoso ahora de la Albufera y probablemente de todo TikTok), salió una mañana cualquiera con su barca, pensando que el día transcurriría igual que siempre. Red, pescado, siesta, vuelta a casa. Pero claro, la naturaleza tenía otros planes, y vaya planes.
De repente, sin aviso previo, miles de llisas empezaron a saltar del agua como si alguien hubiese tocado una alarma secreta que solo ellas oyeron. Y allí estaba Nelo, boquiabierto y sin saber si reír o tirarse al agua para intentar nadar más rápido que los peces. «Esto parecía una mascletà», comentó al recordar la escena. Y es que el ruido de las llisas chocando con el agua era tan fuerte que cualquiera hubiera pensado que estaban preparando el castillo de fuegos artificiales para Fallas.
Claro, Nelo, ni corto ni perezoso, sacó su móvil y se puso a grabar. Porque si algo hemos aprendido en la vida moderna es que si no lo grabas, nadie te cree. «Mira eso, qué animalada», repetía una y otra vez, mientras las llisas parecían competir por quién daba el salto más alto.
700 kilos de pescado… y sin mojarse
Lo mejor de todo es que, en medio del caos piscícola, a Nelo no le fue nada mal. Mientras el espectáculo continuaba, él, con calma de veterano, sacaba la red y recogía lo que podía. ¿El resultado? 700 kilos de llisas. Sí, has leído bien. En minutos, su barca estaba hasta los topes de pescado. Y eso que solo pudo llevarse una parte, porque según sus cálculos, había unos 15.000 kilos de llisas saltando alrededor de su embarcación. Vamos, una fiesta de peces que ni en el mejor buffet libre del Mediterráneo.
«Es una barbaridad. Parecía que estaban todas de acuerdo en hacerme la tarde más fácil», comentaba Nelo, aún sin creerse la suerte que tuvo. Aunque, entre tú y yo, suerte es también que no le dieran un golpe en la cabeza, porque con el ritmo que llevaban las llisas, cualquiera hubiera pensado que querían tumbarlo.
¿Por qué saltan los peces? ¿Acaso entrenan para los Juegos Olímpicos?
Ahora, la pregunta del millón es: ¿por qué demonios saltaron todas esas llisas como si no hubiera un mañana? Según Matthieu Lassalle, técnico en conservación de fauna (y probablemente alguien que se ha hecho más de una videollamada para explicar este tema), el asunto es sencillo. Las llisas, pobres almas de escamas, saltan para librarse de parásitos o evitar a los depredadores.
Y aquí viene la parte interesante. Según Lassalle, el motor de la barca pudo ser el culpable. La vibración del motor asustó a las llisas, y como no tienen otra manera de decir «¡socorro!», se pusieron a saltar como locas, probablemente pensando que estaban huyendo de un monstruo marino. O al menos, esa es la versión científica, aunque yo creo que simplemente querían hacerle la vida más interesante a Nelo. Total, si te pones en el lugar de un pez, nadar y nadar todo el día debe ser más aburrido que ver un partido de ajedrez.
El pescador más famoso de Valencia (y probablemente del Mediterráneo)
La historia de Nelo no tardó en recorrer las redes sociales, donde los memes y comentarios no se hicieron esperar. «Parece que a los peces también les gusta hacer la fiesta», escribía un usuario en Twitter, mientras que otro sugería que la Albufera podría empezar a organizar un «festival de saltos de llisas». Las posibilidades, como siempre, son infinitas cuando se trata de internet.
Nelo, por su parte, no se lo toma mal. «Esto es para contarlo a los nietos», decía con una sonrisa. Y no es para menos, porque no todos los días uno se topa con una especie de «Fallas acuáticas». Su padre, que también era pescador, le enseñó todo lo que sabe, pero ni en sus mejores historias de pesca podría haber imaginado algo así.
Porque, seamos sinceros, a veces las historias de los pescadores suenan a fantasía. Que si «el pez que casi se lleva la barca», que si «el monstruo del lago», pero esta vez, Nelo tiene pruebas. Y vaya pruebas. Así que si alguien no se lo cree, solo tiene que buscarlo en internet y ver el vídeo donde cientos de llisas danzan a su alrededor como si estuvieran celebrando algo.
¿El futuro de la pesca? ¿Llisas saltando y barcas llenas?
Tras este curioso episodio, cabe preguntarse: ¿será este el nuevo método de pesca? ¿Bastará con asustar un poco a los peces para que se lancen ellos mismos a la barca? Quién sabe. Lo cierto es que Nelo tiene una historia para contar de por vida, y ahora, todos los pescadores de la Albufera estarán atentos por si vuelve a suceder.
Y tú, querido lector, ¿alguna vez te ha llovido algo tan inesperado como pescado fresco? ¿Te imaginas una mascletà pero bajo el agua? ¿O crees que los peces también tienen derecho a divertirse de vez en cuando? Sea como sea, la Albufera nos ha demostrado que, aunque lo veas todo tranquilo, nunca sabes cuándo los peces van a decidir que es hora de hacer un poco de ruido.
