En política municipal, cuidar de los servicios más exitosos debería de ser sagrado. No debería de existir colores ni siglas cuando hablamos de parques, tales limpias y playas seguras. Pero demasiadas veces, lo que es de todos se convierte en una ficha de una partida donde quien siempre pierde es la ciudadanía.
Sueca lo sabe bien: zonas verdes abandonadas, papeleras a rebosar, playas sucias, servicios recortados y una agenda festiva hecha al gusto de quien gobierna, no del pueblo que paga. La moción de censura que golpeó al Ayuntamiento ha dejado una pregunta amarga.
¿Estamos ante una crisis real de recursos o ante una estrategia política calculada al milímetro?.
No nos engañemos: cuando la silla vale más que la ciudad, todo aquello que importa queda apartado. No se gobierna para servir, sino para mantenerse. Y así, quién no merece el el puesto mantiene un pueblo parado, movido por el afán de su propio sueldo y poder, olvidando que cada día sin actuar es un golpe más contra sus propios vecinos. Tenemos un alcalde y sus concejales que parecen más preocupados por justificar la moción de censura que por mejorar la vida de quienes les han de padecer.
Mientras, la ciudadanía se convierte en moneda de cambio. No importa dejar las calles más sucias, los parques más descuidados o la seguridad más débil. El plan es sencillo: recortar ahora coma engordar la caja con subidas de impuestos coma y cuando se acerquen las elecciones, gastar para lucirse como «los salvadores» de un pueblo que ellos mismos dejaron caer expresamente. Porque mientras el ciudadano no puede disfrutar de sus playas ni de los servicios esenciales como de la limpieza de la ciudad y los parques coma en el mes de julio el Ayuntamiento ha colocado 5 millones de euros en depósito en el banco. El dinero quieto en el banco, la ciudad sucia y abandonada.
La retirada de las barreras flotantes en las acequias es un ejemplo clarísimo. El anterior gobierno instaló unas barreras flotantes para que los ciudadanos pudieran disfrutar de sus playas todo el verano sin problemas. Ahora, en el 2025, el nuevo gobierno las ha retirado sin ningún informe técnico claro. ¿Cuál ha sido el resultado?. Cinco cierres por falta de salubridad. Demasiada casualidad para creer que es una simple coincidencia.
Algunos ejemplos de la misma estrategia
Aquí os queremos mostrar algunos ejemplos de donde se ha utilizado la misma estrategia política:
Gijón, 2011: el servicio municipal de limpieza de playas se redujo con la excusa de ahorrar. Meses antes de las elecciones el gobierno anunció un plan especial que sólo recuperaba el servicio original vendiéndolo como una gran mejora.
Madrid, 2003: en plena disputa política por la limpieza urbana, se redujeron las brigadas en diversos barrios. En la campaña siguiente, el aumento de operarios se vendió como una gran apuesta por la limpieza, escondiendo que antes se había dejado degradar el servicio.
Brighton(Reino Unido, 2015-2016): recortaron el personal de mantenimiento de parques y la recogida de basura. Un año después, repusieron parte de los recursos y lo presentaron como la recuperación del esplendor verde, como como un éxito propio cuando lo único que habían hecho era volver al punto de partida.
En un pueblo con hambre, cualquier bocado parece un auténtico festín