La historia es tan escalofriante como real: apuñaló a su inquilina 16 veces, la envolvió en un edredón y convivió con el cadáver durante casi un mes, hasta que una llamada al 091 destapó lo ocurrido. Este miércoles, el jurado popular de la Audiencia Provincial de Alicante ha declarado culpable al acusado de un delito de asesinato con agravante de alevosía.
Una deliberación unánime tras seis horas de tensión
Después de más de seis horas de deliberación, el jurado alcanzó un veredicto por unanimidad: el hombre es culpable de asesinato, sin que prosperaran las alegaciones de la defensa basadas en un trastorno de personalidad y esquizofrenia diagnosticada. Ni la eximente completa que solicitaban sus abogados, ni la atenuante parcial por alteración psicológica que planteaba la Fiscalía, fueron aceptadas.
El ataque: por la espalda y sin opción de defensa
Los hechos ocurrieron el 29 de agosto de 2023, en una vivienda propiedad de los padres del acusado, donde convivía con la víctima, una mujer a la que había alquilado una habitación. En un momento de tensión, según el relato de la Fiscalía, se abalanzó sobre ella por la espalda en el pasillo, portando un cuchillo de cocina de 15 centímetros y un martillo. Le asestó hasta 16 puñaladas, sin que la víctima tuviese posibilidad alguna de defenderse.
Sin embargo, el jurado no consideró probado el ensañamiento, pese a la brutalidad del ataque. La acusación particular, ejercida por el hijo de la fallecida, solicitaba esa agravante al entender que las heridas provocaban un sufrimiento innecesario. Pero el tribunal no encontró pruebas suficientes para confirmarlo.
Un mes con el cuerpo oculto en casa
Tras cometer el crimen, el acusado ató de pies y manos a la víctima, la envolvió con un edredón y arrastró el cadáver hasta una de las habitaciones, donde lo mantuvo oculto durante casi 30 días. El 24 de septiembre, llamó al teléfono de emergencias de la Policía Nacional. En esa llamada confesó lo ocurrido, lo que ha llevado al jurado a reconocerle la atenuante de confesión.
“Me hizo la vida imposible”, dijo al ser detenido
Durante el juicio, el procesado intentó justificar sus actos alegando que su inquilina le hacía “la vida imposible”. Sin embargo, la acusación desmontó esta versión con pruebas y declaraciones que apuntaban a un claro comportamiento agresivo y desequilibrado por parte del acusado.
El suceso recuerda otros casos recientes que estremecen por la misma constante: personas que conviven con cadáveres durante semanas o meses, incapaces de asumir lo que han hecho o de dar el paso de confesar.
Ahora, a la espera de la sentencia definitiva
Tras la lectura del veredicto de culpabilidad, la Fiscalía ha modificado su petición de pena y solicita ahora 15 años de prisión. Por su parte, el abogado de la acusación particular, Leonardo Vargas, pide 17 años y seis meses. La defensa, en cambio, reclama que el cumplimiento de la condena se realice en un centro penitenciario psiquiátrico, dada la enfermedad mental del acusado.
El juicio ha quedado visto para sentencia. Será el magistrado presidente del jurado quien determine la pena final en los próximos días.
🕯️ Reflexión final
El caso de Alicante no es solo una noticia negra más. Es el retrato de una convivencia que acabó en tragedia, de una violencia desbordada que se escondió durante semanas entre las paredes de una casa donde nadie sospechaba nada. Una vida fue arrebatada. Y otra, rota para siempre.