Una radiografía generacional revela el retroceso de los clásicos y la llegada de nombres más modernos
Los nombres propios dicen mucho más de lo que parece: reflejan costumbres, modas, identidades culturales e incluso los cambios sociales de cada época. En Valencia, la comparación entre los nombres más comunes de los mayores de 60 años y los de los menores de 30 traza un retrato claro de cómo ha evolucionado la sociedad en las últimas tres décadas.
Los datos, elaborados por la Oficina de Estadística del Ayuntamiento de Valencia a partir del Padrón municipal, muestran un cambio evidente: los nombres tradicionales que dominaron durante buena parte del siglo XX están en retroceso frente a otros más modernos y, en muchos casos, de resonancia internacional.
Los nombres femeninos: de Josefa y Carmen a María y Lucía
Entre las mujeres mayores de 60 años, los clásicos siguen marcando la pauta: M. Carmen (5.842 casos), Carmen (4.395) y Josefa (3.921) encabezan el ranking. A ellos se suman otros como Amparo, Concepción, M. Dolores, M. Pilar o M. Teresa, todos muy ligados a la tradición religiosa y familiar de décadas anteriores.

En cambio, las más jóvenes rompen con esa tradición. María (3.099), Lucía (2.889) y Paula (2.359) son los nombres más frecuentes entre las menores de 30. Junto a ellos aparecen Marta, Sofía, Sara, Laura, Clara, Alba o Andrea, que reflejan una preferencia por nombres más breves, sonoros y con mayor influencia de tendencias europeas.
Los nombres masculinos: de José y Francisco a Pablo y Alejandro
El contraste también es evidente en los hombres. En las generaciones mayores, los líderes son José (5.409), Francisco (3.938) y Antonio (3.787). Les siguen Vicente, Manuel, José Luis, Rafael, Juan, Miguel y Enrique, todos nombres con fuerte arraigo en la tradición española.
Entre los menores de 30, sin embargo, el panorama es otro. Pablo (3.064) y Alejandro (2.766) encabezan la lista, seguidos de Daniel (2.090). Junto a ellos destacan nombres como Carlos, Álvaro, David, Javier, Adrián, Jorge o Sergio, que prácticamente no aparecen en las generaciones anteriores. La influencia internacional y cultural se nota: son nombres comunes también en otros países europeos y en Latinoamérica.
Una evolución marcada por factores sociales y culturales
Este cambio no es casual. Expertos en sociología apuntan a varias razones: la apertura internacional, la influencia de referentes culturales (desde actores hasta futbolistas) y el deseo de las familias jóvenes de diferenciarse de las generaciones anteriores.
En el caso de los nombres femeninos, se observa una preferencia por opciones más dulces, cortas y universales, mientras que en los hombres predomina la búsqueda de nombres modernos pero de pronunciación sencilla y con cierta carga simbólica.
Los apellidos más comunes en Valencia
Si los nombres han cambiado, los apellidos se mantienen más estables. El top tres sigue siendo el habitual en toda España: García (21.621 habitantes), Martínez (18.896) y López (12.349). Tras ellos aparecen Pérez (11.933), Sánchez (10.012), González (8.849), Rodríguez (7.833), Gómez (7.691), Fernández (7.429) y Navarro (6.637).
Estos datos, disponibles en la web de la Oficina de Estadística municipal, ofrecen una fotografía no solo del pasado y el presente de la ciudad, sino también de su diversidad. La llegada de nuevas familias, tanto de otras regiones como del extranjero, también ha introducido apellidos menos comunes que empiezan a dejar huella en el padrón.
Un espejo de la sociedad valenciana
La comparativa entre nombres antiguos y modernos va más allá de la anécdota. Muestra cómo Valencia ha pasado de una sociedad marcada por la tradición católica y la repetición de nombres familiares a otra más globalizada y abierta a nuevas influencias.
De Josefa a Sofía, de José a Alejandro, los nombres son, al fin y al cabo, un espejo de cómo cambian las familias, las aspiraciones y la forma de entender la identidad en una ciudad que no deja de transformarse