Durante el otoño, las enfermedades neumológicas tienden a aumentar debido a los cambios bruscos de temperatura, mayor humedad y el inicio de la temporada de virus respiratorios.
Un diagnóstico precoz es fundamental para frenar la progresión de estas patologías, mejorar la respuesta a los tratamientos e incluso prevenir complicaciones graves o la muerte.
Las enfermedades neumológicas, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la fibrosis pulmonar o el cáncer de pulmón, afectan a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, muchas de ellas son detectadas en fases avanzadas, cuando el tratamiento es menos efectivo y la calidad de vida del paciente ya se ha visto significativamente deteriorada.
La doctora Amina Bekki, neumóloga del hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, advierte que «un diagnóstico precoz es fundamental para frenar la progresión de estas patologías, mejorar la respuesta a los tratamientos e incluso prevenir complicaciones graves o la muerte».
La especialista afirma que «una gran parte de los pacientes llega a la consulta cuando ya ha perdido parte de su función pulmonar, algo que en muchos casos podría haberse evitado con una detección temprana ya que el diagnóstico precoz permite iniciar tratamientos efectivos antes de que la enfermedad avance. La detección temprana de estas patologías ayuda a reducir la tasa de hospitalizaciones y emergencias respiratorias y a mejorar significativamente la calidad de vida del paciente».
Entre los síntomas que no deben ignorarse se encuentran la tos persistente, dificultad para respirar, silbidos al respirar, fatiga sin causa aparente o dolor en el pecho. Además, se recomienda que personas con factores de riesgo como tabaquismo, exposición a contaminantes, antecedentes familiares, enfermedades autoinmunes o situaciones de inmunodepresión se realicen controles respiratorios periódicos.
Concienciación
La doctora Bekki insiste en que la educación, tanto de la población como del personal sanitario, es clave. «Concienciar sobre los signos de alerta y facilitar el acceso a pruebas diagnósticas básicas como la espirometría puede marcar la diferencia entre una vida plena o años de discapacidad respiratoria», subraya la profesional.
De hecho, el tabaquismo sigue siendo uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. «En pleno 2025, aún convivimos con una epidemia silenciosa que provoca miles de muertes cada año, no solo entre las personas fumadoras, sino también entre quienes se ven expuestas al humo de forma pasiva. -comenta la doctora Bekki-, quien resalta que el compromiso del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre a través de varias campañas a pie de calle, ha sido ayudar a todas las personas que quieren dejar de fumar, informar con rigor, desmentir mitos y ofrecer alternativas reales y tratamientos personalizados».
El otoño y las patologías respiratorias
Durante el otoño, las enfermedades neumológicas tienden a aumentar debido a los cambios bruscos de temperatura, mayor humedad y el inicio de la temporada de virus respiratorios.
Tal como señala la profesional, «las enfermedades neumológicas más habituales son el catarro común (resfriado), causado por virus como el rinovirus, la gripe (Influenza) o el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), o por factores alérgicos».
Por ello, la especialista recomienda la vacunación contra la gripe y el virus respiratorio sincitial, especialmente para mayores de 60 años, personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas que es fundamental. Hay que resaltar también que las medidas básicas de higiene, es decir, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, usar pañuelos desechables al toser o estornudar y evitar tocarse la cara (ojos, nariz, boca), así como el uso de mascarilla en espacios cerrados o con mala ventilación disminuyen el riesgo de contagio en periodos de alta incidencia de infecciones respiratorias virales. «Se puede también reducir la incidencia de infecciones respiratorias fortaleciendo el sistema inmunológico a través de un estilo de vida saludable, una correcta higiene del sueño, una dieta equilibrada y una vida activa con ejercicio físico diario», concluye la profesional.