El barco encallado en la playa de la Garrofera, en El Saler (Valencia), es un velero de lujo de 12 metros de eslora llamado ‘King of Kings’, de bandera inglesa, que quedó varado el 12 de julio de 2025 en la zona nudista de la playa. A continuación, se resumen los detalles clave basados en la información disponible.
Contexto del incidente
El velero estaba amarrado en el Real Club Náutico de Valencia, en el pantalán 2, amarre 2, antes de aparecer encallado en la Garrofera, a unos 10 km de distancia, tras un temporal de lluvias el fin de semana del 12 de julio.
El propietario, Alejandro Cervera, un taxista malagueño, denunció el extravío del barco como un posible robo, ya que no estaba en condiciones óptimas para navegar (carecía de velas y necesitaba restauración).
Salvamento Marítimo recibió el aviso a través del 112 el 12 de julio por la mañana, cuando un particular reportó la embarcación varada sin tripulación a bordo.
Los daños y las tareas de remolcado hacia el Club Náutico
El barco, con letreros en la popa de “La vida es salvaje” y “Southampton”, presentaba daños en la proa por la colisión al encallar, pero no se reportaron vertidos ni daños ambientales.
El 12 de julio, Salvamento Marítimo, junto con la Guardia Civil y Cruz Roja, intentó remolcar el velero sin éxito debido a la quilla atrapada en la arena.
Finalmente, el 23 de julio de 2025, una empresa privada, Kraken Treballs Marítims, contratada por el propietario, logró desencallarlo con la ayuda de dos neumáticas y una retroexcavadora, que retiró arena para liberar la quilla.
El coste de la operación ha sido de aproximadamente 11.000 euros. El velero fue devuelto al Real Club Náutico de Valencia a las 10:30 de la mañana.
La investigación de la Guardia Civil sobre el suceso
La Guardia Civil investiga el caso como una posible “apropiación indebida”, descartando que el barco se soltara por un temporal o error, ya que testigos del Náutico vieron a dos personas limpiando la cubierta antes de su desaparición, sugiriendo que alguien lo navegó hasta la playa.
Las cámaras de seguridad del Náutico están siendo revisadas para identificar a los responsables, ya que el propietario asegura no haber autorizado a nadie para manipular el barco.