El informe del Consorcio de Bomberos revela que los efectivos forestales se retiraron tras apenas 90 minutos de vigilancia en una jornada crítica
Valencia, 19 de julio de 2025 — El barranco del Poyo, uno de los focos más críticos de la catástrofe causada por la DANA del 29 de octubre de 2024, solo fue vigilado durante poco más de una hora y media, según revela el informe del Consorcio Provincial de Bomberos remitido a la jueza que instruye el caso. La brevedad de esta vigilancia, unida a la falta de nuevas órdenes de observación y a la escasa información registrada en el sistema Coordcom, abre nuevas incógnitas sobre la cadena de decisiones en una jornada trágica que dejó 228 víctimas mortales.
Cronología de la vigilancia en el barranco del Poyo
Hora | Hecho relevante |
---|---|
12:20 h | La Generalitat declara la alerta hidrológica en el barranco del Poyo |
12:48 h | Emergencias acuerda con el Consorcio activar la vigilancia |
13:05 h | Un vehículo ligero y una autobomba salen desde Buñol |
14:00 h | Se mide una lámina de agua de entre 70 y 80 cm en la zona alta de la cuenca |
14:40 h | El nivel baja a la mitad (40 cm) y se consulta con el centro de control |
14:43 h | Se ordena por radio el regreso a base “por bajada del nivel” |
19:17 h | Se declara la Situación 2 del Plan Especial de Inundaciones para toda Valencia |
Una retirada sin explicación
Los efectivos forestales enviados desde Buñol comenzaron su misión de vigilancia a las 13.05, tras recibir el aviso a las 12.48. Su cometido era realizar mediciones en puntos clave de la parte alta del barranco, concretamente en las escalas de Riba-roja y Cheste. La razón de esta localización es que una crecida en esa zona podría haber sido una alerta temprana para las poblaciones de Torrent, Picanya y Paiporta, situadas aguas abajo.
A las 14.40 horas, tras comprobar que el nivel del agua había descendido a la mitad, los bomberos forestales solicitaron instrucciones al Centro de Comunicaciones del Consorcio. La respuesta fue clara: regresar a base y quedar en expectativa de servicio. Desde ese momento, no se registra ninguna otra orden de reactivación de la vigilancia, a pesar de que horas más tarde se producirían las inundaciones más destructivas.

Silencios y vacíos en el informe
El informe, remitido a la jueza de Catarroja que investiga posibles homicidios imprudentes, no aclara quién tomó la decisión de retirar a los forestales ni por qué no se mantuvo la vigilancia a pesar de la alerta activa. Además, se admite que no existe registro de la comunicación entre el sargento coordinador de medios del Consorcio y la sala de emergencias de l’Eliana, una conversación que habría sido clave para comprender la toma de decisiones.
La jueza pide aclaraciones
La magistrada ha solicitado la identificación del coordinador que autorizó la activación de los forestales, así como cualquier grabación o registro de comunicaciones que justifique la retirada prematura. Sin embargo, el Consorcio reconoce que no dispone de estas comunicaciones telefónicas, lo que debilita aún más la transparencia del procedimiento.
Sistema Coordcom: caos o falta de datos
El sistema Coordcom, que registra las incidencias del 112 en tiempo real, apenas refleja entradas relacionadas con el barranco del Poyo. De hecho, no se menciona el aumento de caudal ni la retirada de los efectivos. El documento consultado por la jueza sí recoge otras incidencias, como el aviso de vertido de la presa del Buseo o de Loriguilla ya entrada la madrugada.
Llama la atención que la Situación 2 del Plan Especial de Inundaciones no se decretó hasta las 19.17 horas, cuando buena parte de la comarca de l’Horta Sud ya estaba anegada.
Una tragedia sin cadena de mando clara
Todo apunta a una desconexión operativa y una falta de continuidad en las decisiones de emergencia. La vigilancia inicial del barranco del Poyo no se retomó tras la retirada, y el sistema de alertas no reflejó la información necesaria para que otras agencias o municipios tomaran medidas.
La jueza busca ahora determinar si esta cadena de omisiones y decisiones precipitadas pudo contribuir al número de víctimas, que ya ha elevado la causa judicial al nivel de posible negligencia penal con resultado de muerte.
Conclusión
El caso del barranco del Poyo simboliza la falta de coordinación y previsión que marcó la jornada trágica del 29-O. A medida que avanza la investigación, la presión sobre la Diputación de Valencia y sobre los mandos intermedios crece. La brevedad de la vigilancia y la ausencia de respuestas claras podrían convertirse en elementos clave en una instrucción judicial que apunta a graves responsabilidades.