Días pasados hubo un incendio en el comedor social de la calle Convento Carmelitas. es un comedor social para personas vulnerables que regentan las Carmelitas descalzas del barrio, en unos bajos que están frente al IES Benlliure y cerca de la Parroquia del Carmen en la misma calle confluencia con la Calle Alboraya.
El centro fue pasto de las llamas de un incendio el pasado fin de semana y los vecinos siguen con los restos del incendio y se quejan de que el incendio les ha dejado sin internet, ya que según parece el cableado del mismo ha resultado dañado.
Ni el Ayuntamiento ni las compañías de suministros se han molestado en reparar, restaurar ni en limpiar. Lo que demuestra las diferentes formas de actuar del Consistorio de Catalá frente a este tipo de desgracias, así, parece que según la publicidad y el alcance de noticias del suceso se ayuda o se margina a los afectados.
Hay que pensar que en este comedor social acudían personas vulnerables que de momento se han quedados in su ración de comida diaria, y han tenido que ser derivados a otros centros en pleno mes de agosto, donde los recursos sociales públicos se encuentran cerrados en su mayoría.
Todo esto evidencia la fragilidad del sistema público de servicios sociales y la necesidad de inversión en recursos para los más vulnerables, con unos servicios sociales destrozados después de años y años de abandono municipal, que ha sido muy cómodo dejando que entidades privadas como Cáritas o Casa Caridad suplieran con que los servicios públicos eran incapaces de hacer y es su función.
Invertir en las personas es la mejor inversión posible, que no se paga con dinero pero al final ayudar a los más necesitados es lo mínimo por humanidad que deberíamos de hacer, y los más vulnerables tienen en Valencia demasiadas necesidades no cubiertas. Es indignante ver cómo no salen estos hechos en las noticias y por tanto la alcaldesa no va a visitarles y ofrecerle la ayuda de los servicios municipales, mostrando que al final es Maria «poses» Catalá, la alcaldesa del postureo.