“Tardan una hora en subir las escaleras, algunos se han tenido que ir del pueblo”
Nueve meses después de la DANA que asoló la provincia de Valencia, los efectos del temporal siguen siendo visibles y dolorosos en municipios como Paiporta. Lo que comenzó como una emergencia climática se ha convertido en un drama humano que se alarga en el tiempo, especialmente para los vecinos más vulnerables: personas mayores, con movilidad reducida o con enfermedades crónicas.

En varios bloques de viviendas de esta localidad, los ascensores siguen fuera de servicio, atrapando literalmente a sus inquilinos en sus casas. La situación, según denuncian los propios vecinos, es insostenible.
🧓 «Es un martirio»: mayores atrapados en sus propios hogares
Juani, vecina del cuarto piso, fue operada de ambas rodillas. “Tardo más de 40 minutos en subir. Es un martirio. Apenas puedo salir. Nos sentimos olvidados”, asegura. Como ella, Toñi, de 61 años, asmática e hipertensa, relata que subir a su tercer piso es una odisea diaria: “Me falta el aire, me falta la vida. Es desesperante”.
Para muchos, salir a la calle ya no es una opción. El simple hecho de bajar a comprar el pan o acudir al médico se ha vuelto una proeza física y emocional. “Hay personas mayores que han tenido que irse del pueblo porque no podían bajar ni a por sus medicamentos”, explican otros vecinos.
🛠️ Reparaciones paralizadas hasta octubre
Lo más preocupante no es solo el tiempo transcurrido desde el desastre, sino el hecho de que no hay solución inmediata a la vista. Los edificios afectados aún no han recibido las piezas necesarias para reparar los ascensores, y las gestoras les han emplazado hasta octubre.
Nueve meses sin ascensor, sin fecha definitiva de reparación, en edificios donde los afectados no pueden costear mudanzas, rehabilitaciones o servicios externos de asistencia. La desesperación crece semana tras semana entre los residentes de estos bloques que ven cómo su día a día se reduce a cuatro paredes y unas escaleras imposibles.
⚠️ Un problema que esconde una emergencia social
Lo que comenzó como una consecuencia colateral de un desastre meteorológico se ha convertido en una crisis de atención institucional. Los afectados piden una respuesta clara, urgente y humana por parte del Ayuntamiento de Paiporta, del Consell y de las empresas responsables del mantenimiento.
La falta de ascensores no es solo un problema de accesibilidad, es un obstáculo a la vida cotidiana, a la autonomía, al derecho a salir, a respirar, a vivir. No se trata solo de mejorar infraestructuras, sino de atender una necesidad vital de cientos de personas que, con la llegada del calor del verano, ven aún más comprometida su salud.
🧭 ¿Y ahora qué?
Con las previsiones apuntando a un verano extremo en temperaturas y sin mejoras a corto plazo, los vecinos han comenzado a movilizarse, contactando con medios, reclamando en redes sociales y pidiendo medidas provisionales: desde asistencia domiciliaria hasta ayudas para traslados temporales o soluciones de accesibilidad alternativas.
En paralelo, crece la frustración ante una administración que no responde con la agilidad necesaria. “Paiporta está muy abandonada”, lamentan los vecinos.
📢 Llamada a la acción
Los residentes afectados hacen un llamamiento urgente a las autoridades: «No podemos esperar más. No podemos vivir así.» Mientras el ascensor permanece inmóvil, lo mismo ocurre con sus vidas. Necesitan soluciones reales, no promesas vacías.
Porque vivir sin ascensor no es solo incómodo. Para muchos en Paiporta, es una condena.
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