Ximo Puig, expresident de la Generalitat y ahora embajador en la OCDE (también conocido como “el que se fue, pero no del todo”), ha aprovechado un desayuno informativo para lanzar una crítica demoledora sobre la gestión de Carlos Mazón tras la DANA del 29 de octubre. Eso sí, entre lección de ética y pastilla de melatonina, se le ha olvidado mencionar que su entorno político y familiar está más salpicado que una paella bajo una tormenta.
Pedro Sánchez se va a Andorra, los ascensores siguen sin funcionar, y ahora Ximo Puig nos regala un episodio de Pesadilla en el Palau Street. Según el exlíder del Consell, lo preocupante no es si Mazón puede aguantar en el cargo tras la crisis de la DANA, sino cómo puede dormir por las noches.
La pregunta es válida. Pero claro, con esa lógica, también podríamos preguntar: ¿y tú, Ximo, cómo pegas ojo sabiendo que tu hermano tiene la Fiscalía pidiendo cárcel por fraude con subvenciones? ¿O que durante tu mandato se dieron ayudas con más agujeros que un colador de espaguetis?
Puig, en un acto de la SER que parecía más una masterclass de cómo señalar sin asumir, ha dicho que la gestión de Mazón ha dejado “una hipoteca moral y reputacional”. Eso sí, sin explicar si la suya propia está ya en default.
Según él, el 29-O fue un desastre de liderazgo. Y claro, al comparar esa gestión con la suya durante la DANA de 2019, saca pecho:
“Cuando llegó la marabunta, yo estaba en Orihuela”.
Lo que no aclara es si la marabunta también le acompañó al juzgado… o si simplemente le dejó una notificación en el buzón.
¿Quién duerme peor: el que reacciona mal o el que firma subvenciones sospechosas?
Porque claro, mientras Puig habla de “hipoteca moral”, la justicia anda tasando la de su hermano, Francis Puig, al que Anticorrupción pide casi cinco años de cárcel por fraude y falsedad documental. Todo muy bonito: facturas falsas, medios ficticios, subvenciones al valenciano que no hablaban ni los titulares… Vamos, la serie “Valencianadas” en versión thriller judicial.
Y eso no es todo: durante su gobierno, la Guardia Civil abrió la “Operación Uncover” —nombre digno de Netflix— por fraude en subvenciones al empleo. Más de un millón de euros que supuestamente acabaron donde no debían. O sí, según a quién preguntes.
El Caso Azud: el fantasma que ronda las siestas de la izquierda
Y si aún no estás insomne, llega el Caso Azud, la joya de la corona judicial que investiga la financiación ilegal del PSPV en 2007 y 2008. En los papeles aparece un tal “X. Puig”. No está imputado (por ahora), pero ver tu inicial en un informe de la UCO debe quitar el sueño más que tres cafés seguidos.
Mientras tanto, Puig dice que Mazón debería plantearse seguir o no, porque el 80% de los valencianos “cree que es un problema”. Lo dice un expresident que tuvo que dejar el Palau entre investigaciones, desgaste, y una herencia que ni el Consorcio de Compensación de Seguros se atreve a valorar.
Moraleja: todos duermen mal, pero algunos con colchón de subvenciones
Puig recuerda que durante la pandemia él no podía dormir por la responsabilidad. Y nosotros tampoco, por otras razones. Pero aunque no quiere medallas, le encanta recordar que él sí estaba en Orihuela, sí suspendía clases, sí decidía, sí, sí, sí. Y claro, lo de su hermano, su entorno, su partido y las subvenciones… eso ya es para otro capítulo.
Porque si a Mazón lo señalan por reacción lenta, a Puig lo señalan por reacciones administrativas demasiado rápidas… especialmente con los fondos públicos.
¿Y el PSPV qué?
Puig también ha dado consejos a su partido: cohesión interna, apertura a la sociedad y menos postureo. Básicamente, que no parezcan un club de lectura cerrado con sede en Ferraz. Pero también ha reconocido que la Comunitat “no tiene proyecto” y que hay que construir uno nuevo.
A lo mejor el nuevo proyecto podría empezar por no tener que explicarle a la justicia cada seis meses por qué tu entorno aparece en más casos que Belén Esteban en Telecinco.
Imágenes sugeridas
¿Te gustaría acompañar este artículo con alguna imagen de humor satírico? Algunas opciones:
- Puig y Mazón en pijama con antifaz, cada uno en su cama, mirando al techo con cara de insomnio.
- Un despertador con forma de expediente judicial que suena a las 3 AM.
- Un edificio de la Generalitat con un cartel: “Aquí no duerme nadie”.
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Pregunta final al lector
¿Quién crees que duerme peor: Mazón por no gestionar bien la DANA o Puig por los casos que le rondan (aunque no le imputen)? ¿O eres de los que duermen como un tronco, porque ya te da igual todo mientras no te suban el IBI?