La entidad catalana resiste la ofensiva del banco vasco y seguirá su camino en solitario tras una de las batallas financieras más intensas de los últimos años
El Banco Sabadell ha ganado la batalla que muchos daban por perdida. La oferta pública de adquisición (opa) lanzada por el BBVA sobre la entidad catalana ha fracasado al obtener únicamente un 25,47% de aceptación entre los accionistas, según ha confirmado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La cifra queda muy por debajo del 50% mínimo exigido para validar la operación y, además, ni siquiera alcanza el 30% necesario para que el BBVA pudiera lanzar una segunda opa. El resultado pone fin a 17 meses de tensión financiera, política y empresarial, y garantiza la continuidad independiente del Sabadell, fundado en 1881 y considerado uno de los pilares del sistema bancario catalán.
⚖️ La CNMV confirma el fracaso de la opa
“La oferta pública ha tenido resultado negativo al no haber sido alcanzado el límite mínimo fijado por el oferente para la validez de la misma”, ha explicado la CNMV en su comunicado.
De acuerdo con el artículo 33.3 del Real Decreto de OPAs, la operación queda automáticamente sin efecto al no llegar al 30% de los derechos de voto, límite por debajo del cual el BBVA no podía renunciar al mínimo exigido.
El desenlace supone un revés histórico para el BBVA, que aspiraba a integrar al Sabadell para reforzar su presencia en el mercado nacional y equilibrar su exposición internacional, especialmente en México y Turquía.
🏦 Una victoria estratégica para Sabadell
El Sabadell ha conseguido resistir gracias a una estrategia que combinó una firme defensa institucional y una movilización de apoyos empresariales y políticos.
Desde que el BBVA lanzó su opa hostil en mayo de 2024, el presidente Josep Oliu y el consejero delegado César González-Bueno desplegaron una ofensiva para convencer a los accionistas de que la oferta infravaloraba gravemente el potencial del banco.
Incluso tomaron decisiones simbólicas, como el regreso de la sede social de Alicante a Sabadell, en un gesto de reafirmación identitaria. A la vez, la entidad mejoró su rentabilidad, reforzó el pago de dividendos y culminó la venta de su filial británica al Santander, lo que reforzó su posición de solvencia.
El resultado ha sido una victoria clara e inesperada: solo el 9% de los analistas consultados por Citi preveían un nivel de aceptación inferior al 30%.
📉 Duro golpe para el BBVA
En el lado opuesto, el BBVA, presidido por Carlos Torres Vila, encaja un revés de grandes dimensiones.
Es la tercera vez en cinco años que fracasa su intento de fusionarse con el Sabadell: primero en 2020, luego en 2024 y, finalmente, con esta opa hostil, la primera que se produce en el sector bancario español desde 1987.
Torres, que ya ha descartado dimitir, ha asegurado en un comunicado que el banco “mira al futuro con confianza y entusiasmo” y que acelerará sus planes de retribución a los accionistas.
El BBVA ha anunciado el mayor dividendo a cuenta de su historia (0,32 euros por acción), una recompra de títulos por 1.000 millones de euros a partir del 31 de octubre y un nuevo programa adicional pendiente de aprobación por el Banco Central Europeo.
📊 Repercusiones e incertidumbres en el mercado
El fracaso de la opa abre varios interrogantes para ambos bancos:
- Evolución bursátil: los analistas prevén que las acciones del Sabadell sufran cierta volatilidad a corto plazo, mientras que las del BBVA podrían repuntar al despejarse la incertidumbre sobre el coste de la operación.
- Futuro corporativo: el Sabadell ha dejado abierta la puerta a futuras fusiones amistosas con entidades más pequeñas como Abanca o Unicaja, aunque descarta cualquier operación inmediata.
- Restricciones legales: el BBVA no podrá presentar una nueva opa hasta pasados seis meses, aunque los expertos consideran poco probable que vuelva a intentarlo.
🧭 Una nueva etapa para la banca española
Con el resultado de esta opa, el Banco Sabadell reafirma su independencia y su capacidad de competir dentro del mapa bancario español, mientras que el BBVA deberá reorientar su estrategia de crecimiento, probablemente hacia mercados internacionales y expansión orgánica.
Lo que queda claro tras esta batalla financiera es que el sector bancario español ha enviado un mensaje contundente:
💬 “Las fusiones forzadas no funcionan. Solo las alianzas amistosas prosperan.”
El pulso entre BBVA y Sabadell pasará a la historia como la opa más tensa y simbólica de las últimas dos décadas, un episodio que redefine el equilibrio de poder en la banca española.