El 19 de octubre de 2025, se produjo un altercado en una calle céntrica de Valencia, en la calle de las Danzas, junto a la Iglesia de la Compañía de Jesús y La llonja de la Seda, entre un grupo de turistas extranjeros y un conjunto de personas locales, presuntamente vecinos o activistas contra la turistificación.
El incidente, grabado en vídeo, se ha viralizado en redes sociales y medios locales, mostrando cómo una multitud increpa verbalmente al grupo de visitantes —que incluía niños y personas mayores— y los obliga a abandonar la zona entre gritos de «¡fuera, fuera!» y empujones. No se reportan heridos graves, pero el episodio ha generado indignación por la imagen negativa que proyecta de la ciudad.
Detalles clave del suceso
- Lugar: Ocurrió en pleno centro histórico de Valencia, cerca de zonas emblemáticas saturadas de turistas. El vídeo muestra a los afectados paseando tranquilamente cuando son rodeados y acosados.
- Motivo aparente: Forma parte de una creciente tensión por el overturismo en la ciudad. Valencia ha visto un boom de pisos turísticos (más de 10.000 registrados en 2025), lo que ha disparado los alquileres, generado ruido y saturación en barrios como Ciutat Vella o La Zaidía. Colectivos vecinales denuncian la «gentrificación» y comportamientos incívicos de algunos visitantes, aunque este caso parece un desahogo desproporcionado contra turistas inocentes.
- Reacciones inmediatas:
- En redes sociales: Usuarios lo condenan como «vergonzoso» y «esperpéntico», destacando que ataca a quienes aportan economía (turismo genera miles de empleos en hostelería y comercio). Algunos lo ven como un «tiro en el pie» que aleja visitantes. Otros, como cuentas anti-turistificación (@AbusosCiutat), critican la «mierda de ciudad» convertida en «parque temático».
La Ciudad de Catalá
La alcaldesa ha conseguido con su ataque al turismo como el de cruceros generar un clima de tensión, y en vez de regular un turismo controlado, vende humo con proyectos como las terrazas que reducen el ruido en Ruzafa, puesta en una calle peatonal estrecha que ha acabando generando más ruido en la zona por al curiosidad.
Lejos de regular, desde el Ayuntamiento se vende protocolos como leyes y se persigue al turismo, al mismo momento que se le deja via libre.
Por una parte vemos cómo la propia Policía Local no para a los grupos de turistas que aprovechando las calles peatonalizadas hacen tours en bici, y al mismo tiempo no aplica sus propias ordenanzas municipales.
Las palabras de Catalá pidiendo menos turistas de cruceros ha generado opiniones encontradas y un ejemplo de incertidumbre total.
Cuando las autoridades no tienen claras las cosas, transmiten un mensaje dual que aviva los extremismos, y cuando ello se une a la no aplicación de sus propias ordenanzas, como en el caso de la Lonja, donde se sigue comiendo en sus escalones y manchando la fachada del edificio patrimonio de la Humanidad está abierta la puerta a radicalismos.
El tema de los apartamentos turísticos
Los vecinos están hartos de los apartamentos que surgen como setas a pesar de la supuesta ordenanza que en teoría rige una moratoria, pero tras la cual hay más de 1.400 apartamentos turísticos más. Todos tienen culpa, porque el anterior equipo de gobierno permitió esta práctica que ahora denuncia.
La realidad es que los políticos prefieren seguir peleando con el y tú más que ponerse de acuerdo y regular para trabajar por los vecinos, es más fácil insultarse y tirarse unos a otros las culpas que trabajar para ponerse de acuerdo en una normativa equilibrada.
Ahora tenemos que se practica la turismofobia y los radicalismos han aflorado, reflejo de la situación política actual donde es más fácil el insulto que ponerse a trabajar para regular y llegar a acuerdos. Todos tienen la culpa por su inacción, los de antes y los de ahora.