Un equipo liderado por el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio, UV-CSIC) ha detectado un alto volumen de errores en las secuencias genéticas del SARS-CoV-2.
Al comparar datos de GISAID, la mayor base de información utilizada durante la pandemia, con secuencias obtenidas directamente de genomas, los investigadores encontraron discrepancias importantes, especialmente en mutaciones de la proteína spike, crucial para la infección en células humanas.
Análisis y hallazgos
El estudio, publicado en la revista *Virus Evolution*, señala que los métodos informáticos empleados en el análisis de millones de secuencias pueden introducir errores, creando una impresión exagerada de las capacidades de corrección mutacional del virus.
Estas distorsiones afectan la precisión en el entendimiento de los cambios genéticos del SARS-CoV-2, subrayando la importancia de mejorar los procesos de manejo de datos genéticos.
Mireia Coscollà Devís, líder del proyecto, explica que las diferentes formas en que los laboratorios procesan las secuencias en GISAID generan inconsistencias en los marcadores genéticos.
Este trabajo pone de manifiesto la necesidad de examinar minuciosamente los datos procesados y confiar en estudios directos para obtener una visión realista.
Desafíos en el intercambio de datos
Aunque la OMS recomienda políticas de intercambio de datos genómicos para la vigilancia de patógenos, España carece de una recopilación centralizada para patógenos humanos, animales y ambientales.
Según Fernando González-Candelas, investigador de la Universitat de Valéncia, esta falta de coordinación dificulta la respuesta ante enfermedades infecciosas y la resistencia antimicrobiana.
El estudio destaca la importancia de combinar biología computacional con experimentos de laboratorio para avanzar en el conocimiento de los patógenos.
Apoyado por financiación nacional y europea, el trabajo se realizó en el clúster HPC Garnatxa del I2SysBio, en colaboración con instituciones científicas como el IBV y el IIS-La Fe.
Este esfuerzo busca fortalecer la precisión en la vigilancia del SARS-CoV-2 y otros virus.