Un técnico del servicio de emergencias detalla ante la jueza cómo el centro se vio desbordado por más de 150 llamadas simultáneas durante horas, una situación inédita según su testimonio.
Una jornada crítica bajo el agua y las llamadas
El 29 de octubre de 2024 quedó grabado en la memoria colectiva de miles de valencianos, no solo por la virulencia de la DANA, sino por el caos que generó. Este miércoles, uno de los operadores del 112 ha aportado una pieza clave ante el juzgado de Catarroja que investiga la gestión de la emergencia: un testimonio en el que describe una avalancha de llamadas “sin precedentes”.
«Se quedó en 150 llamadas y nunca bajó», explicó visiblemente afectado el técnico de emergencias. “Eso no lo había visto nunca, ni siquiera en otros episodios de lluvias fuertes”, añadió ante la magistrada.
Colapso total y sensación de impotencia
El operador explicó cómo, desde los primeros momentos de la mañana, la centralita del 112 comenzó a recibir una cantidad de avisos que, en poco tiempo, se convirtió en una situación “inmanejable”.
Según su declaración, en cuestión de minutos el sistema de atención telefónica se saturó por completo: «Llamaban familias atrapadas en casa, personas mayores aisladas, carreteras colapsadas, hospitales inundados… Todo al mismo tiempo».
A pesar de los esfuerzos, reconoció que muchos ciudadanos no lograron contactar: “Estábamos atendiendo una llamada y ya había otras diez esperando”.
Tensión emocional dentro del centro de emergencias
El testigo describió un ambiente tenso, con personal desbordado y emociones al límite. Algunos compañeros, dijo, “se sintieron impotentes y llegaron a llorar al final de su turno”. Asegura que pese a ello, se mantuvo la profesionalidad y se hizo todo lo posible para priorizar las llamadas más urgentes.
El operador, que lleva más de 15 años en el servicio, confesó que jamás había vivido algo igual: “Ni siquiera durante la pandemia, ni en incendios forestales masivos, la centralita se mantuvo en esos niveles de colapso durante tanto tiempo”.
Una pieza clave en la causa judicial
El testimonio ha sido incorporado como parte de la investigación que instruye el Juzgado de Catarroja, en la que ya han comparecido otros miembros del servicio de emergencias, representantes de la Generalitat y técnicos de Aemet.
Su relato es especialmente relevante porque corrobora que el sistema falló, no por falta de personal, sino por la magnitud extraordinaria del evento meteorológico y la escasa capacidad de respuesta técnica.
Las voces del caos: llamadas desesperadas desde toda la provincia
Entre los testimonios que recuerda con más fuerza, el operador menciona la llamada de una madre en Catarroja atrapada en casa con sus dos hijos, mientras el agua subía y los muebles flotaban. También menciona una persona mayor en silla de ruedas que pedía ayuda desde un edificio sin luz ni acceso.
«Sabíamos que muchas de esas llamadas no iban a poder ser respondidas a tiempo, y eso te parte por dentro», relató con voz entrecortada.
¿Qué falló en el sistema?
Este tipo de declaraciones reabren el debate sobre la preparación de los sistemas de emergencia ante eventos extremos cada vez más frecuentes por el cambio climático. Si bien el personal hizo todo lo posible, la infraestructura tecnológica y de coordinación quedó en evidencia.
El gobierno valenciano, en respuesta, ha anunciado una revisión del sistema 112 con vistas a reforzar la capacidad de gestión de llamadas y la coordinación interinstitucional. Entre las medidas se plantea un sistema inteligente de filtros automáticos y refuerzos itinerantes en función de alertas meteorológicas.