España hizo historia anoche, la selección femenina alcanzó su primera final en una Eurocopa tras vencer por 0-1 a Alemania.
El triunfo llegó en un partido denso, sin brillantez, pero cargado de fe, de talento y de determinación. Y apareció ella, Aitana Bonmatí, la Balón de Oro, la líder, la artista.
Un gol suyo en los últimos minutos de la prórroga bastó para tumbar a las germanas y llevar a España a un nuevo hito en su evolución como potencia del fútbol femenino mundial.
Cata realizó dos paradones determinantes
Un duelo de resistencia y pocas ideas
Desde el comienzo, se hizo evidente el plan de ambos equipos.
España quiso el balón, lo buscó con insistencia y lo tuvo, pero Alemania supo defender su espacio, mantenerse sólida y no regalar nada. Las alemanas aceptaron el dominio territorial español, pero sin encerrarse del todo. Con escasas pero peligrosas salidas a la contra, llegaron a inquietar a una España espesa en la creación.
La selección de Montse Tomé encontró chispa en Claudia Pina y Esther González, que generaron las mejores ocasiones del tiempo reglamentario.
Esther probó suerte con una potente volea que obligó a la portera Berger a lucirse, más tarde, Pina peleó cada balón a la espalda de la defensa germana, pero le faltó precisión en los últimos metros.
A pesar del dominio territorial, España careció de ritmo, movilidad y acierto en los últimos pases, lo que la hizo previsible y atascada.
La segunda parte mantuvo la misma tónica, Alemania, con muy poco, lograba inquietar.
Una ocasión clarísima de Bühl encogió el corazón a las jugadoras españolas, pero su disparo salió rozando el poste.
En el último minuto del añadido, Cata Coll se convirtió en heroína con una doble parada espectacular que mantuvo con vida a España justo antes del pitido que anunciaba la prórroga.
Constancia
La prórroga no cambió el guión, más imprecisiones, más nervios, más desgaste., pero también más fe.
España no se rindió, incluso cuando parecía que el partido caminaba sin remedio hacia los penaltis. Y entonces llegó la jugada que cambió la historia.
Athenea del Castillo filtró un pase perfecto entre las defensoras alemanas, Bonmatí, con inteligencia, lo dejó pasar justo para girarse y encarar portería, avanzó con seguridad y, en el momento exacto, colocó el balón entre Berger y el poste.
Un disparo quirúrgico, imparable, decisivo. El balón acabó en la red y con él, la explosión de alegría.
La celebración lo dijo todo, las jugadoras, incluso las del banquillo, corrieron a abrazarla, España estaba en la final, por insistencia, por talento, por creer.
Ahora, en Suiza, España disputará su primera final de Eurocopa como campeona del mundo, una nueva página está lista para ser escrita.
Veremos quien se lleva el codiciado trofeo.