Sanidad registra más de 106.000 interrupciones voluntarias del embarazo en 2024, con un incremento especialmente preocupante entre adolescentes.
El último informe del Ministerio de Sanidad refleja un dato que ha encendido las alarmas entre los especialistas en salud sexual y reproductiva: en 2024 se practicaron en España más de 106.000 abortos, lo que supone un 3% más que el año anterior. La cifra crece en prácticamente todas las franjas de edad, pero lo más llamativo es el repunte entre las más jóvenes.
Un aumento preocupante en adolescentes
La franja entre 20 y 24 años es la que concentra más casos, con más de 24.000 interrupciones voluntarias del embarazo. Sin embargo, el dato que más preocupa a los expertos es el de las menores: más de 11.000 chicas de entre 15 y 19 años abortaron en 2024.
Todavía más alarmante resulta la cifra de las niñas de entre 10 y 14 años: 354 casos en total, incluidos algunos embarazos de niñas de apenas 10 y 11 años.
En este grupo, el aumento respecto al año anterior es del 7%, muy por encima de la media nacional.
Falta de educación sexual y uso escaso de anticonceptivos
Según la doctora Mònica Molner, especialista en salud sexual, detrás de estos datos se esconde un patrón común: la ausencia de métodos anticonceptivos. “El informe señala que en casi la mitad de los casos —un 49,1%— no se utilizó ningún tipo de protección. Esto demuestra la necesidad urgente de reforzar la educación sexual y facilitar el acceso a preservativos y anticonceptivos sin barreras económicas ni territoriales”, subraya.
Molner añade que cada vez se detecta un adelanto en la edad de inicio de las relaciones sexuales, con adolescentes de 14 y 15 años que llegan a las consultas embarazadas porque, simplemente, no usaron protección.
Mitos y falsas creencias que persisten
Los profesionales advierten, además, de que entre los jóvenes persisten creencias erróneas que favorecen embarazos no deseados. “Todavía hay chicas que piensan que en la primera relación sexual no se pueden quedar embarazadas”, explica Molner.
La psicóloga y sexóloga Mayo Armero insiste en que la educación debe empezar en el entorno familiar: “Los padres y madres son los primeros que tienen que enseñar a sus hijos que las relaciones deben vivirse con responsabilidad y con métodos anticonceptivos válidos. Después, la escuela y los servicios sanitarios deben reforzar este mensaje”.
Una llamada a la acción
El incremento de abortos en menores refleja, según los expertos, no solo un déficit en la formación sexual de adolescentes y familias, sino también la urgencia de garantizar programas de educación sexual accesibles y universales, así como políticas que aseguren la gratuidad de los métodos anticonceptivos.
“Estamos hablando de un problema de salud pública que no puede seguir tratándose como un tabú”, concluye Molner.