Mil trescientos profesores de la Fundación Colegios Diocesanos-San Vicente Mártir, a la que pertenecen los 67 centros educativos del Arzobispado han participado en la Catedral de Valencia en el Encuentro de Profesores con el que se inaugura el curso académico 2025-26, que ha sido presidido por el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent.
Durante la homilía en la eucaristía con la que ha concluido el encuentro el Arzobispo ha recordado que «nos preguntamos desde cómo afrontamos nuestra misión y desde dónde vivimos nuestra misión. Y el fundamento de nuestra misión, como de toda misión eclesial, solo puede ser desde una fe que no se quede en lo superficial, sino una fe que llegue al conocimiento de Cristo. Y eso es lo que, como profesores de colegios de la Iglesia, debéis aspirar. Y por tanto, esta misión tiene que nacer de una fe lo más viva posible, porque ninguno de nosotros podemos presumir de una fe perfecta, pero sí que debemos de intentar que nuestra fe sea, en la medida de lo posible, lo más viva posible».
Mons. Benavent también ha destacado que «hay personas de las que sabemos cosas, pero no las conocemos. San Agustín dice que sólo un amigo conoce al amigo. Cuando una relación de amistad es más profunda, más auténtica, más se conoce a la persona. Todos sabemos cosas acerca de Jesús, todos, algo sabemos. Pero la pregunta es si conozco a Jesucristo, porque en la medida en que viva en su amistad, mi misión será más auténtica».
«Pienso que tenéis un trabajo que es exigente, que muchas veces puede producir desanimo, podemos tener la sensación de que el éxito no es proporcional al esfuerzo que se hace. Pero en la vida de la fe, en la vida de la misión eclesial, no hemos de fijarnos en el éxito, sino que con los ojos de la fe hemos de mirar y hemos de saber ver el fruto que produce nuestra entrega. Cuando uno vive en la esperanza y vive su misión como una entrega, descubre que va produciendo frutos y vive su misión desde la esperanza«, ha asegurado el Arzobispo.
En este sentido, ha expresado que «es importante es en la Iglesia saber distinguir entre el éxito y el fruto. Cuando uno busca el éxito, pierde la paciencia por lo tanto, no vive desde la esperanza. Cuando alguien vive desde la esperanza, confía en Dios y confía que su trabajo, su entrega, produce frutos. Y es que el fruto no es algo inmediato, sino que va creciendo en el corazón de las personas. En este comienzo del curso, que vivamos la misión desde la esperanza y que nuestra misión nazca de un conocimiento cada vez más vivo de la persona del Señor»,
«Llegar al corazón de las personas»
Al inicio del encuentro Mons. Benavent ha recordado que la misión de los educadores «no solo es enseñar cosas, contenidos sino de llegar al corazón de las personas, al corazón de cada uno de los alumnos e incluso de las familia que confían la educación de sus hijos a nuestros colegios. Una educación que transforma el corazón de las personas, haciendo que el corazón de piedra se convierta en uno de carne: que ame a los demás, dispuesto a hacer el bien, con actitudes propositivas y constructivas. SI es así la misión de la Iglesia produce frutos». Asimismo, les ha animado a «vivir con alegría la pertenencia a la Iglesia, al pueblo de Dios».
Por su parte, el obispo auxiliar Mons. Fernando Ramón, presidente de la Fundación Colegios Diocesanos-San Vicente Mártir, ha enviado un mensaje a los asistentes desde Roma, donde se encuentra en un curso de nuevos obispos: «que el curso que comenzamos sea un curso fructífero y fecundo, un curso en el que tengamos todos muy buenas experiencias con alumnos, padres, con todos los que están implicados en el proceso educativo».
La jornada además de la misa de envío de profesores ha incluido la ponencia «Mi proyecto de vida en un colegio diocesano: del Magisterio al Ministerio«, a cargo de Jordi Juan Moltó, delegado de la titularidad del colegio Sant Roc de Alcoy. También el anuncio del plan de acción del nuevo curso en los colegios diocesanos, a cargo del gerente de la Fundación Colegios Diocesanos-San Vicente Mártir, Miguel Ángel Coello, y un homenaje a los profesores jubilados.
fotografías: Arzobispado de Valencia