El juzgado de Picassent ha abierto una investigación judicial que pone en el centro del foco a una funcionaria de prisiones y a un vigilante de seguridad del centro penitenciario Antonio Asunción. Ambos están siendo investigados por su presunta implicación en la espectacular fuga de dos reclusos ocurrida la noche del 21 de diciembre de 2024.
Una fuga planeada en medio del caos
La evasión tuvo lugar durante la celebración de un partido de fútbol entre internos, momento que fue aprovechado por los dos presos —de 39 y 43 años— para ejecutar su plan de fuga. Según la reconstrucción de los hechos, los reclusos lograron forzar los barrotes de las ventanas de sus celdas y confeccionaron una cuerda improvisada con sábanas entrelazadas, que utilizaron para descender hasta el patio. Desde allí, sortearon un muro, evitaron los sistemas de seguridad y lograron salir forzando la puerta corredera del recinto.
Los dos fugados permanecieron en paradero desconocido durante semanas, hasta que fueron localizados y detenidos: uno de ellos cayó en Burjassot en febrero tras protagonizar un allanamiento de morada, mientras que el otro fue arrestado en marzo durante una operación policial contra robos en establecimientos.
Sombra de complicidad dentro del penal
Las sospechas sobre la posible colaboración interna comenzaron a cobrar fuerza cuando uno de los reclusos fugados declaró ante la Policía que tanto la funcionaria como el vigilante de seguridad tenían conocimiento del plan de fuga. Esta afirmación ha derivado en la apertura de una causa penal por quebrantamiento de condena, aunque no se descarta que el delito pueda ser recalificado conforme avancen las pesquisas.
Además de los dos trabajadores penitenciarios, otros cuatro presos también han sido llamados a declarar como investigados, por su posible participación o complicidad con los hechos.
La justicia pone bajo lupa el sistema de seguridad
Este caso ha encendido las alarmas sobre los posibles fallos estructurales y humanos dentro del centro penitenciario de Picassent, uno de los más importantes de la Comunitat. La posibilidad de que personal funcionario esté vinculado a una fuga tan elaborada obliga a revisar los protocolos de control y vigilancia, así como a esclarecer si hubo negligencia, encubrimiento o colaboración activa.
Por el momento, las declaraciones judiciales continuarán en los próximos días y se espera que arrojen luz sobre la magnitud de la trama. La justicia deberá determinar si se trató de un acto aislado aprovechando una distracción, o si existió una red de apoyo interna que facilitó la evasión de los presos.
El caso ha generado inquietud tanto en el ámbito penitenciario como en la opinión pública, al evidenciar que incluso en entornos altamente controlados, los errores humanos o la corrupción pueden abrir grietas por las que se escapa la seguridad.