Cada 6 de diciembre, los españoles y españolas conmemoramos el Día de la Constitución, una fecha que simboliza la consolidación de nuestros valores democráticos y el reconocimiento de derechos fundamentales.
Sin embargo, este año, la celebración se ve teñida por una realidad que resuena con fuerza en Valencia: el desamparo de aquellos afectados por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que asoló la Comunitat hace 39 días.
La situación plantea una pregunta crítica:
¿realmente están nuestras instituciones a la altura de las circunstancias?, la respuesta unánime es NO
El 29 de Octubre Valéncia fue golpeada por una devastadora DANA, dejando a su paso inundaciones de proporciones dantescas, 222 personas fallecidas, daños materiales todavía sin calcular en su totalidad y pérdidas irreparables para muchas familias.
Flujos de agua enfurecida arrasaron hogares, empresas y también la esperanza de una recuperación rápida.
La gravedad de esta situación ha desnudado las debilidades de nuestras instituciones, que no han estado a la altura, ni antes ni durante esta catástrofe.
«Actualmente continúa en la zona un escenario de posguerra impropio de una sociedad avanzada y garantista como la española»
La Responsabilidad Institucional: Una Llamada a la Acción que nunca llega
Las instituciones a todos los niveles, local, autonómico y estatal tienen la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos, especialmente en momentos de crisis.
Sin embargo, 39 días después del desastre, los testimonios de los afectados relatan una falta alarmante de apoyo y asistencia.
Las promesas de ayuda se han visto empañadas por una burocracia lenta y una falta de coordinación entre diferentes niveles de gobierno.
¿Dónde está la respuesta rápida que se espera en estas situaciones?
Escenario de posguerra
Mientras se celebran discursos sobre derechos y libertades en el Día de la Constitución, que en el día de hoy suenan a hipocresía, es crucial no olvidar a quienes están lidiando con las secuelas.
Los afectados se sienten abandonados, luchando no solo por reconstruir sus vidas, sino que también claman por ayudas proporcionales a la magnitud de las pérdidas.
Obtener información clara y efectiva sobre las ayudas disponibles es costoso hasta para los propios empleados públicos, muchos de ellos también son a su vez afecados.
Y se dice que es un escenario de posguerra por las colas indignas para conseguir comida, muchos hacen acopio sabedores de que pronto dejarán de enviarla,
No llega ni un euro de ayuda a miles de damnificados
En las calles de cualquier pueblo afectado se oye lo mismo:
- «esto es un escenario de guerra»
- «nos han abandonado»
- «seguimos sin agua del grifo»
- «no tenemos vehículo»
- «no puedo llevar a mis hijos al parque»
- «no hay suficientes efectivos»
- «Almacenes repletos y te van dando a cuentagotas»
- «los voluntarios y nuestras familias han sido nuestra salvación»
Recaudan dinero para los afectados de la DANA, pero no para todos
Tarjetas económicas empiezan a repartirse en los Ayuntamientos desde el departamento de Servicios Sociales, unas tarjetas que tienen por parte de quien las ha donado, unos requisitos a cumplir, entre los que ellos consideran afectados por la DANA y vulnerables, ¿acaso no lo son todos?
Ahora mismo todos los afectados por la DANA son vulnerables
Nadie obvia que hay casos más vulnerables que otros, pero dejar fuera a miles de personas merecedoras de esas tarjetas cuyo importe mínimo roza los 700€, es a todas luces, un despropósito y hoy en el día de la constitución en el que se supone que ante una catástrofe de tal envergadura todos somos iguales, Valencia despierta incrédula.
Recogen dinero para los afectados, para TODOS y en nombre de la DANA, ¿cómo puede ser que miles de personas no reciban nada?
Los voluntarios y las familias de los afectados han cubierto el grueso de las ayudas compradas con su propio dinero, el cual jamás les será devuelto.
La constitución habla de la vivienda digna
Una vivienda que ahora está mojada, huele mal, vacía, destruida y sobre todo inhabitable.
Una vez más las soluciones las han puesto, vecinos, familias, amigos por acoger temporalmente a los afectados que lo han perdido absolutamente todo ya que salieron con lo puesto.
La Carta Magna aquí no se ha aplicado, aquí no sirve, porque nunca mejor dicho, es papel mojado
No se están dando las soluciones habitacionales que se precisan, se trabaja con ahínco desde servicios sociales de los ayuntamientos pero consiguen solución habitacional en contadas ocasiones y en zonas muy muy alejadas provocando un desarraigo total.
Quedan miles de personas y familias por reubicar, la sociedad valenciana realiza las labores que debieran realizar las instituciones a fecha de hoy mismo.
Los hoteles hubieran sido una excepcional medida temporal
Muchas personas están desplazadas a otros pueblos y nadie les ha llamado ni siquiera para saber ni cómo ni dónde están.
La esencia de nuestra Constitución no radica únicamente en la celebración de un documento, sino en la implementación de sus principios a través de acciones concretas y eficaces que garanticen el bienestar y la dignidad de cada persona.
La comunidad de Valenciana necesita no solo palabras, sino acciones que validen su sufrimiento y promuevan su recuperación.
Las instituciones deben recordar que su misión es garantizar los derechos de todos, incluso en los momentos más oscuros.