Las Fiestas Patronales de Cullera comenzaron oficialmente ayer tarde con la Baixà de la Mare de Deu, la bajada desde el santuario junto al Castillo de la localidad de la talla de la Virgen conocida como la Moreneta a la población, a la Parroquia de los Santos Juanes durante las fiestas, que será su casa en fiestas para de nuevo tras ellas volver al santuario del Castillo.
La talla fue bajada por las 9 revueltas del Castillo por los marineros y la Cofradía de la Virgen, acompañados por las 16 fallas de la localidad vestidos de valencianos.
No fue fácil la bajada, especialmente cuando se enfiló el Barri del Pou, en la revuelta del Carrer del calvari, empinado y con un pavimento que cuando llueve es muy resbaladizo
Múltiples caídas
Así, la lluvia hizo acto de presencia y en la empinadísima calle del calvari las caídas de falleros y falleras se contaron por decenas, sin que nadie acudiera a socorrerlos, nadie de organización, ningún agente de policía local, y menos algún servicio médico en una festividad en la que participan en la procesión más de 500 personas y congrega a más de 5.000.
Los voluntarios de protección civil y los más que escasos policías estaban en los puntos como la entrada del Mercado, o la última de las revuelta, o protegiendo al alcalde y la corporación municipal, pero no había nadie socorriendo o ayudando, al menos advirtiendo a las más de 50 personas que acabaron por los suelos, entre ellas Falleras mayores, presidentes y hasta infantiles, los vecinos de la zona contaron hasta 50 caídas en la calle, y luego alguna más en el recinto del Mercado, ya que con el pavimento mojado, las ramas de pittosphorum, que no murta, resbalaban que daba gusto…
Una celebración de la Baixà como siempre multitudinaria
La Cofradía de la Virgen y los marineros con algún susto incluído por resbalones durante la Baixà llegaron finalmente al recinto del Mercado Municipal, al final de la Calle del Calvario, donde un altar esperaba a la Moreneta.
Allí, el párroco coge a la Virgen y la deposita mientras le cantan desde abajo la Coral cullerense, y un mecanismo hace girar a la talla para que mire a su Pueblo de Cullera desde lo alto de los jardines. Un acto que ni la lluvia pudo deslucir.
Tras los cantos, la Virgen es bajada por el párroco por las escaleras y depositada en una nueva anda más grande, desde donde partirá en breve procesión hasta la Parroquia de los Santos Juanes.
Segunda parte de la celebración
En el recinto del mercado esperan grupos de Baile, que comienzan la procesión, cintas, cabezones, bailes regionales y la Muixeranga de Cullera danzan en el recinto y los 200 metros que separan a la Iglesia, un recorrido en el que se concentran más de 3.000 personas en tan sólo 200 metros, eso sí, con una casi total ausencia de agentes de policía, pero nada pasó por suerte.
Tras ellos, desfilan las 16 comisiones de la localidad, en orden inverso a los premios conseguidos en las pasadas fallas y tras ellos, la Banda de Cornetas y tambores y la Cofradía de la Virgen.
Tras la Virgen los representantes de la Iglesia y tras ellos la corporación local y cargos de la Guardia Civil y Policía Local y cerrando el cortejo la Banda del Ateneo Musical de Cullera y sus representantes.
Una celebración que se inició a las 20:00h y duró hasta las 22:30h.
Posteriormente la Virgen entra en los Santos Juanes donde se celebra una Eucaristía en su honor y ya se recoge para las celebraciones de estos días.
A las 00:00h se disparó el castillo de la Baixà en una nueva ubicación, eso sí incumpliendo el Decreto del Consell de no realizar fuego a menos de 500 metros de terrenos forestal, concretamente se hizo a 200 metros de la zona forestal( de la montaña). Por suerte no pasó nada en la montaña porque además había llovido esa tarde