El nuevo anteproyecto busca reducir el gasto farmacéutico, agilizar la llegada de fármacos innovadores y ampliar el papel de la enfermería, aunque deja fuera por ahora la reforma del copago
El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana el anteproyecto de la nueva Ley del Medicamento y Productos Sanitarios, una reforma de gran calado que moderniza un sistema normativo vigente desde los años noventa.
La norma, impulsada por el Ministerio de Sanidad, busca responder a varios retos estructurales del sector farmacéutico en España, entre ellos el elevado gasto en medicamentos, los retrasos en la disponibilidad de nuevos tratamientos y los problemas recurrentes de desabastecimiento.
España es el país de la Unión Europea que más gasta en fármacos en relación a su PIB.
Con esta reforma, Sanidad espera generar un ahorro anual de 1.300 millones de euros para el sistema público, sin afectar negativamente a los pacientes.
Para lograrlo, se pretende favorecer la entrada de medicamentos genéricos y biosimilares en el mercado, fomentar la competencia y aplicar nuevas medidas de racionalización del gasto.
Fármacos más rápidos, más genéricos y prescripción enfermería y fisioterapia
Uno de los pilares clave del anteproyecto es acortar los plazos entre la aprobación de medicamentos innovadores por parte de la Unión Europea y su comercialización efectiva en España.
Actualmente, los pacientes españoles deben esperar más que en otros países para acceder a estos tratamientos de última generación.
La nueva ley promete mejorar estos tiempos, haciendo más ágil el proceso de evaluación y financiación.
Asimismo, se otorga más protagonismo a los medicamentos genéricos, promoviendo su entrada rápida al mercado para equilibrar la oferta y reducir costes.
Frente a situaciones de desabastecimiento puntual, la norma permitirá a los farmacéuticos sustituir presentaciones, como dispensar sobres en lugar de cápsulas si fuera necesario.
En otro cambio importante, la ley habilita al personal de enfermería para prescribir fármacos así como también a personal de fisioterapia, una medida largamente demandada por ambos colectivos.
El Consejo General de Enfermería ha celebrado esta novedad como un paso decisivo hacia una sanidad más eficiente y moderna.
El copago farmacéutico, la gran asignatura pendiente
Aunque el texto aprobado representa una reforma profunda, no incluye finalmente la esperada modificación del copago farmacéutico, una de las grandes aspiraciones de la ministra de Sanidad, Mónica García.
Esta parte fue excluida por desacuerdos dentro del Ejecutivo, aunque Sanidad asegura que sigue firme en su intención de modificarlo durante la tramitación parlamentaria o en una segunda vuelta en el Consejo de Ministros.
La propuesta en estudio contempla establecer nuevos tramos de renta para hacer el copago más progresivo.
Mientras que las rentas más bajas mantendrían el actual 40%, se introducirían niveles intermedios para quienes ganan entre 18.000 y 100.000 euros, que pagarían entre el 50% y el 60%.
Para rentas superiores a 100.000 euros, el copago podría alcanzar el 65%.
En el caso de los pensionistas más acaudalados, la aportación subiría del 10% al 60 o 65%.
A pesar de la polémica generada, especialmente por parte de Farmaindustria —que alerta del impacto en el tejido industrial—, el Gobierno defiende que la reforma busca mayor equidad, eficiencia y modernización del sistema sanitario.