El presidente valenciano y la periodista compartieron un almuerzo en el restaurante El Ventorro el 29 de octubre, en plena emergencia por la riada que dejó más de 220 muertos en València. Ambos aseguran que fue un encuentro estrictamente profesional.
El pasado 29 de octubre, mientras la Comunidad Valenciana enfrentaba los devastadores efectos de la DANA que dejó 220 fallecidos en la región, el presidente Carlos Mazón mantuvo su agenda de compromisos, incluido un polémico almuerzo con la periodista Maribel Vilaplana en el restaurante El Ventorro de València. Este encuentro, inicialmente calificado por Presidencia como personal y luego rectificado como profesional, ha generado un intenso debate público sobre la actuación del presidente en un día marcado por la tragedia y la emergencia.
Maribel Vilaplana, quien hasta ahora no había hecho declaraciones directas sobre el almuerzo, ha hablado a través de una fuente cercana autorizada. Según esta versión, la comida se desarrolló entre las 14:45 y las 17:45 horas en una de las salas reservadas del restaurante. Durante el encuentro, Mazón le propuso a Vilaplana postularse como directora general de À Punt, algo que la periodista rechazó rotundamente. “No quiero vincularme a ningún partido político, soy una profesional y trabajo con instituciones de todos los colores”, explicó Vilaplana, recordando que fue el PP quien la despidió y cerró Canal 9 durante la etapa de Francisco Camps.
El entorno de Vilaplana asegura que la conversación no incluyó en ningún momento referencias al temporal ni a la gravedad de la situación que estaba ocurriendo en la comunidad. Según relatan, Mazón respondió a varias llamadas telefónicas durante la comida, aunque no compartió con su interlocutora el contenido de esas conversaciones. Vilaplana, según sus palabras, no fue plenamente consciente de la magnitud de la emergencia hasta que llegó a su casa más tarde ese día. En ese momento, según indicó, llamó a Mazón para pedirle: “No me metas en esto”.
La comida, descrita como “frugal”, consistió en entrantes para compartir y una botella de vino, sin sobremesa ni digestivos, según ha aclarado la portavoz de la periodista. Estas explicaciones buscan desmentir rumores que han circulado en los últimos días, como la supuesta presencia de otros comensales o que el encuentro se realizara en un apartamento turístico, en lugar de en el restaurante.
La polémica surge no solo por la naturaleza del almuerzo, sino por el contexto en el que tuvo lugar. Desde las primeras horas del día, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había emitido un aviso rojo por lluvias torrenciales, mientras que la Confederación Hidrográfica del Júcar advertía del riesgo de desbordamiento del barranco del Poyo. Durante el día, se reportaron carreteras cortadas y múltiples emergencias que requerían una coordinación rápida y efectiva. Sin embargo, Mazón no llegó al centro de coordinación de emergencias de l’Eliana (Cecopi) hasta pasadas las 19:00 horas, en medio de la creciente preocupación por los desbordamientos.
Según la versión de Presidencia, antes de llegar al Cecopi, Mazón habría hablado por teléfono con el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, aunque esta conversación no habría estado relacionada con la DANA. Estos detalles han sido criticados por la oposición, que considera que el presidente debería haber dado prioridad absoluta a la gestión de la emergencia en lugar de mantener su agenda habitual, incluida la comida con Vilaplana.
Por su parte, la periodista ha insistido en que el encuentro tuvo un carácter estrictamente profesional y que en ningún momento tuvo intención de participar en cuestiones políticas ni en las decisiones del Gobierno valenciano durante ese día. “Soy una profesional y no quiero estar asociada a ningún partido político”, reiteró a través de su portavoz.
Esta controversia, que mezcla aspectos personales, profesionales y políticos, se suma a las críticas sobre la gestión de la DANA en la Comunidad Valenciana. Mientras se continúan evaluando los daños y las lecciones aprendidas de esta catástrofe, el almuerzo entre Mazón y Vilaplana seguirá siendo un episodio que alimenta el debate sobre las prioridades y responsabilidades de los líderes en tiempos de crisis.
¿Crees que los líderes políticos deben mantener su agenda en días de emergencia o priorizar exclusivamente la gestión de la crisis? ¿Puede este tipo de polémicas afectar la confianza en la gestión pública?