La vuelta al cole vuelve a poner a prueba la economía de las familias valencianas. Según una encuesta de Ipsos para Back Market, el marketplace líder en tecnología reacondicionada, un 68% de los hogares de la Comunidad Valenciana ha incrementado su gasto en tecnología para el curso escolar respecto al año anterior. De estos, un 28% afirma que el aumento ha sido considerable.
Este esfuerzo económico tiene consecuencias directas: un 47% ha tenido que recurrir a sus ahorros para poder costear la tecnología necesaria, un 43% admite que supone un gran esfuerzo en función de sus ingresos, y un 29% ha pospuesto o cancelado al menos una compra tecnológica en los últimos seis meses. Además, un 39% confiesa que le gustaría adquirir nuevos dispositivos en los próximos seis meses, pero no puede permitírselo.
Los datos reflejan un gasto medio por persona que se sitúa mayoritariamente entre los 251 y los 500 euros (37%), aunque un 6% de las familias llega a superar los 750€. Esta inversión se destina principalmente a portátiles (43%) y tabletas (29%), mientras que solo un 8% considera el móvil como el dispositivo más esencial para el nuevo curso.
Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), el gasto medio en educación por hogar en España fue de 553€ en 2024, sin contar tecnología. Este año, solo el presupuesto tecnológico se acerca o supera esa cifra en muchos casos, lo que marca un cambio claro en el patrón de consumo familiar. Esta comparación pone de manifiesto un cambio en el patrón de consumo familiar, donde los dispositivos digitales, hoy imprescindibles para el aprendizaje, suponen una parte cada vez más significativa del presupuesto educativo. En paralelo, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha advertido que el acceso desigual a la tecnología en el entorno educativo puede reforzar las brechas de rendimiento escolar, especialmente en estudiantes de entornos vulnerables.
«Para muchas familias, el acceso a tecnología es algo necesario para la etapa formativa de sus hijos. Por eso es muy importante ofrecer alternativas que ayuden a aliviar esa presión económica sin renunciar a la calidad«, señala Marta Castillo, directora de marketing y brand de Back Market en España.
El reacondicionado gana peso entre las familias, pero el margen para ahorrar es limitado
En este contexto de presión económica, el reacondicionado se posiciona como una opción cada vez más presente en la Comunidad Valenciana. El 54% de los encuestados se siente cómodo comprando tecnología de segunda mano para la vuelta al cole, por delante incluso de otras categorías como el material de papelería (44%) o la ropa (38%).
El principal atractivo del reacondicionado sigue siendo el precio: un 78% lo considera el mayor beneficio, seguido de la sostenibilidad medioambiental (46%), la garantía (29%) y el rendimiento fiable (26%). También hay quienes lo eligen por acceder a modelos únicos o descatalogados (20%).
Respecto al ahorro, la mitad de los valencianos estima que puede reducir entre 0 y 100 euros si opta por un smartphone reacondicionado frente a uno nuevo. Un 36% cree que puede ahorrar entre 101 y 200 euros, y un 10% apunta a un ahorro superior a los 200 euros.
El comportamiento del consumidor valenciano revela una mayor planificación: un 32% ya había adquirido sus dispositivos tecnológicos para la vuelta al cole a principios de julio, cuando se realizó la encuesta, y un 63% espera a promociones o rebajas para realizar sus compras si no puede permitirse comprar tecnología para la escuela.
Además, las familias buscan alargar al máximo la vida útil de sus equipos. Solo un 13% renueva sus dispositivos cada año, mientras que un 29% lo hace cada tres años o más y un 23% únicamente cuando el aparato deja de funcionar.
La tecnología: una inversión cada vez más insostenible para las familias españolas
A nivel nacional, el estudio destaca que un 70% de los hogares españoles ha incrementado su gasto en tecnología para la vuelta al cole, y el 35% invierte entre 251 y 500 euros por persona. Casi la mitad (48%) ha tenido que recurrir a sus ahorros, y un 29% ha cancelado o pospuesto al menos una compra tecnológica en los últimos seis meses.
El impacto económico de la tecnología no afecta por igual a todos los perfiles. Entre los padres y madres con hijos menores de 17 años, un 71% afirma haber incrementado su gasto este año, y la mitad (48%) ha tenido que recurrir a sus ahorros. Además, el 41% reconoce sentir presión —ocasional o frecuente— por parte de otros padres respecto al tipo de tecnología que compra para sus hijos.
Por su parte, los estudiantes españoles también acusan el esfuerzo: un 64% declara gastar más que el año pasado y el 51% ha tenido que usar sus ahorros. Un 59% siente algún tipo de presión por tener el equipo más moderno, y un 28% ha cancelado o pospuesto compras por falta de presupuesto.
En ambos casos, la tecnología se percibe como necesaria, pero muchas veces inaccesible. Solo el 13% de los encuestados puede renovar sus dispositivos cada año. La mayoría lo hace cada dos años (38%) o únicamente cuando se rompen (25%).
Asimismo, el reacondicionado se consolida como opción de ahorro: el 25% de quienes compran tecnología para el nuevo curso ya optan por esta alternativa. En general, el portátil se mantiene como el dispositivo considerado más esencial (50%), muy por encima de la tablet (26%) y el móvil (8%)
Una tendencia que impacta más allá del consumo
Los datos apuntan a una evolución de fondo en los hábitos de compra relacionados con la educación. La tecnología ya no es un extra, sino un elemento esencial. Su creciente peso en el presupuesto familiar plantea desafíos como el riesgo de exclusión digital para los hogares con menos recursos, especialmente en edades clave para el rendimiento académico. En este contexto, las soluciones que permiten reducir la brecha de acceso, sin comprometer la funcionalidad, serán cada vez más relevantes para garantizar la igualdad de oportunidades.