Las cifras del desastre: el daño material que dejó la DANA en Valencia un año después
28 de octubre de 2025 | Redacción
Valencia. Ha pasado un año desde la DANA del 29 de octubre de 2024, una de las catástrofes naturales más devastadoras de la historia reciente de la Comunitat Valenciana. Aunque el tiempo ha permitido reconstruir parte de lo destruido, las cicatrices materiales y emocionales siguen abiertas. Más de 300.000 personas resultaron afectadas y 229 perdieron la vida. Pero junto al drama humano, permanecen los números de una devastación que marcó para siempre la vida de miles de familias.
Calles cubiertas de barro y coches apilados
Las imágenes de aquel día siguen grabadas en la memoria colectiva: calles convertidas en ríos, coches amontonados unos sobre otros, viviendas sumergidas y carreteras completamente anegadas. En total, se calcula que 140.000 vehículos quedaron inutilizados por las riadas. Si se apilaran uno encima de otro, llenarían un edificio como el Empire State… y medio más. Ninguno de ellos volvió a circular.
El agua no solo arrasó con infraestructuras: se llevó también recuerdos, fotografías, juguetes y pertenencias personales que formaban parte de la historia de muchas familias valencianas. “Nos quedamos sin casa, sin coche y sin los recuerdos de toda una vida”, relataba hace unos meses una vecina de Albalat dels Sorells, una de las zonas más golpeadas.
100.000 viviendas afectadas y barrios enteros destruidos
Según los informes recopilados tras el desastre, la DANA afectó directamente a unas 100.000 viviendas, una cifra que equivale a todos los inmuebles de una provincia media española como Huesca. Muchos edificios quedaron inhabitables, y miles de familias tuvieron que ser realojadas en instalaciones municipales o con familiares.
El barro alcanzó en algunos puntos alturas de hasta 2,4 metros, destruyendo completamente bajos, garajes y locales comerciales. “No fue solo una inundación, fue una ola de destrucción”, recordaban los vecinos de Paiporta y Chiva, dos de los municipios donde el nivel del agua fue más alto.
Infraestructuras colapsadas y pérdidas incalculables
Las carreteras tampoco escaparon al desastre: 1.500 kilómetros de vías quedaron intransitables durante semanas. Aunque la mayoría fueron reparadas, el impacto en la movilidad y en la economía local fue enorme. También se contabilizaron 7.500 ascensores averiados, de los cuales 500 aún siguen sin funcionar un año después.
Además, se perdieron decenas de miles de electrodomésticos y más de un millón de libros, muchos pertenecientes a bibliotecas, colegios y hogares. El agua arrasó con todo: cultura, memoria y pertenencias sentimentales que jamás podrán recuperarse.
De la tragedia al miedo: el impacto psicológico
Más allá de las cifras materiales, la DANA dejó una huella emocional profunda. Según diversos estudios, más del 30 % de los niños afectados por la catástrofe confiesan que aún sienten miedo a la lluvia o a las tormentas. Muchos adultos, por su parte, siguen reviviendo las escenas de aquel día cada vez que escuchan truenos o ven subir el nivel del agua en las calles.
Algunos vecinos han logrado reconstruir sus vidas, otros siguen atrapados en los trámites administrativos y en la lenta recuperación. Lo que todos comparten es una misma sensación: la de haber perdido algo que no se puede medir en euros.
Un año después: entre la memoria y la esperanza
La DANA del 29 de octubre de 2024 no solo dejó daños materiales, sino una lección colectiva sobre la fragilidad de las ciudades ante el cambio climático. Un año después, Valencia continúa intentando sanar. Muchos barrios han sido reconstruidos, pero las heridas del alma y los huecos vacíos que dejó el agua siguen recordando la magnitud de lo que ocurrió.
Detrás de cada cifra hay una historia, y detrás de cada historia, un pedazo de la Valencia que aún lucha por volver a ser la misma.















