Temprano, acudí a la plaza de la Virgen y en una de las terracitas desayuné, zumo de naranja. Estuve media mañana contemplando el espectáculo del residuo del cortejo de Corpus en que ha dejado el Ayuntamiento de Valencia la otrora solemnial processó, que la ciudad de Valencia viene manteniendo con dignidad y orgullo desde el siglo XIV.
Tres Rocas y el bestiario formadas en orden de parada junto a la Real Basílica, enfiladas mirando a la Generalitat, que no ve cómo los munícipes están atropellando el patrimonio de Corpus, declarado BIC, por la autoridad autonómica.
El gran despliegue de Rocas, bestiario y útiles de la procesión de Corpus está quedando en casi nada. Ha habido que forzar la salida de una Roca más, porque el Ayuntamiento quería dejarlo en dos y a este paso pronto serán cero.
La excusa oficial, que están algo escacharradas, pero no las arreglan, no les buscan una solución. No hay dinero para eso, se lo gastan en sueldazos y tonterías. Total son cuatro carromatos desvencijados deben pensar, lo que les lleva a despreciar tamaños monumentos de nuestra historia, tal vez porque no la conocen y no sienten la camiseta ni su escudo los concejales y la alcaldesa.
Pepica La Torrentina
Pepica la Torrentina no está para estas cosas, estas menudencias, estas reliquias del pasado. Lo suyo es espantar los megacruceros de turistas, porque a la señora que va en coche oficial le molestan tantos turistas. Dice que los barcos contaminan la ciudad, los coches y los aviones no. Está contenta porque ha descendido el número de turistas, según los asesores auxiliares de redacción que le llevan el bolso. Ha logrado desviar cruceros a Barcelona –que tiene ocho terminales- y a Alicante, que se están frotando las manos y haciendo números.
Si la señora se hubiera levantado temprano y hubiera acudido a la plaza de la Virgen, la habría visto llena de turistas, grupos de turistas admirados de lo poco que se exhibe del Corpus, fiesta que es indudablemente también un aliciente turístico, por su interés cultural, por su singularidad, por pertenecer a lo más preciado de nuestras fiestas y tradiciones.
Con la campaña que lleva la señora contra el turismo de megacruceros, le hubiera dado un síncope, ver cómo el turismo extranjero está interesado por nuestras costumbres, las que ella recorta o no subvenciona, ahí están las Rocas muriéndose de risa por la carcoma. La tiene tomada con el Puerto y los barcos.
¿También va a hacer una cruzada contra a los megaaviones turísticos?.
Le acaba de llegar uno de Canadá. Los desviará a Barcelona o a Alicante para que no le atiborren las calles de la ciudad.
La señora no conoce la historia del Corpus, sólo aprovecha la procesión para lucir palmito y vara de mando, sin saber de su esencialidad ni de su peso en el costumario valenciano. No le importa que de todas las Rocas que tenemos sólo salgan tres y que vaya a menos la que hasta hace poco, con su llegada a la alcaldía, ha sido la procesión de Corpus más espectacular de España.