La tranquilidad del paraje conocido como Hoya de la Alcuza, en el término municipal de Requena, se ha visto alterada por un inquietante suceso. Un hombre ha sido investigado por la Guardia Civil tras la colocación de lazos trampa ilegales con animales muertos como cebo. El caso ha causado indignación entre los vecinos y ha puesto en evidencia la amenaza que estas prácticas suponen para la fauna y los animales domésticos.
Todo comenzó cuando un vecino denunció que su perra quedó atrapada en una de estas trampas mientras paseaban por la zona. Este hecho motivó la intervención del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), que acudió al lugar para realizar una inspección. Durante la investigación, los agentes descubrieron hasta seis lazos de acero estratégicamente colocados y ocultos entre la vegetación, todos ellos acompañados de restos de animales muertos usados como señuelo.
Tras una labor de vigilancia discreta, la Guardia Civil sorprendió al presunto autor manipulando una de las trampas. El hombre, de avanzada edad, confesó que su intención era atrapar zorros para evitar que atacaran a sus gallinas. Sin embargo, los lazos de este tipo no son selectivos y pueden atrapar cualquier especie animal, incluidas protegidas, además de representar un peligro para personas que transiten por la zona.
El uso de este tipo de trampas está completamente prohibido por la legislación vigente, debido a su crueldad y al grave daño que puede provocar en el ecosistema. No solo se considera una forma de maltrato animal, sino que puede acarrear consecuencias penales graves. En este caso, el hombre ha sido investigado por un delito contra la flora y fauna, y las diligencias ya se han remitido al juzgado correspondiente.
Este suceso ha reabierto el debate sobre la necesidad de reforzar la vigilancia en las zonas rurales de Valencia y de concienciar a la población sobre los riesgos de métodos de caza no autorizados. La coexistencia entre la actividad humana y la vida silvestre es posible, pero siempre dentro de los márgenes de la legalidad y el respeto por el medio ambiente.
Mientras tanto, el paraje de la Hoya de la Alcuza permanece bajo seguimiento, con la esperanza de que actos como este no vuelvan a repetirse y se garantice la seguridad de quienes lo visitan, ya sean humanos o animales.