Con la elección del papa León XIV hoy 8 de mayo de 2025, la Iglesia Católica ha entrado en una nueva etapa marcada por la memoria del pasado, el impulso del presente y la esperanza del futuro.
Este nuevo pontífice, nacido Robert Francis Prevost, ha sorprendido no solo por su origen estadounidense y su perfil pastoral, sino también por el nombre elegido, que conecta directamente con una tradición socialmente comprometida dentro del catolicismo: la de León XIII.
A su vez, León XIV ha asumido el reto de dar continuidad al legado transformador de Francisco I, proponiéndose como un puente entre dos momentos clave de la historia reciente de la Iglesia.
León XIII: el padre de la Doctrina Social de la Iglesia
El nombre “León” no ha sido una elección casual.
Ha sido una decisión profundamente simbólica. León XIII, quien ocupó el trono de Pedro entre 1878 y 1903, fue el Papa que inauguró una nueva etapa para el pensamiento católico con su encíclica Rerum Novarum (1891), en la que
abordó por primera vez las condiciones de los trabajadores, el derecho a la propiedad privada y la responsabilidad social del Estado
En un momento de expansión del capitalismo industrial y de creciente tensión social,
León XIII sentó las bases de lo que luego se conocería como la Doctrina Social de la Iglesia
Este Papa del siglo XIX fue considerado visionario por su capacidad de leer los signos de los tiempos sin abandonar la tradición.
Ha sido también el primer pontífice en usar el lenguaje moderno de los derechos y la dignidad humana dentro de una reflexión teológica coherente.
Como dato curioso, el Papa León XIII fue la primera persona del mundo en ser filmada en vídeo en el año 1896.
León XIII ha quedado en la memoria eclesial como un pastor ilustrado y firme, que supo reconciliar fe y razón, justicia y caridad.
Francisco I: una Iglesia que ha salido al encuentro
Más de un siglo después, el Papa Francisco I ha retomado muchas de esas intuiciones, profundizando la orientación social de la Iglesia y llevándola a los márgenes del mundo.
Desde su elección en 2013, el primer Papa latinoamericano ha puesto en el centro de su pontificado temas como la pobreza, la ecología integral (Laudato si’), la fraternidad universal (Fratelli tutti) y la sinodalidad como camino de reforma interna.
Francisco ha desafiado estructuras, ha denunciado desigualdades, y ha insistido en una Iglesia que “sale” de sí misma, que no teme ensuciarse en el camino.
Su liderazgo ha marcado una etapa intensa de renovación pastoral, aunque también ha generado tensiones dentro de ciertos sectores eclesiásticos.
Sin embargo, ha consolidado un modelo de papado centrado en la escucha, la cercanía y la misericordia, devolviendo al Evangelio una frescura profética en el siglo XXI.
León XIV: continuidad con raíces profundas, un futuro más social
En este contexto ha emergido León XIV, quien ha señalado desde sus primeras palabras que quiere ser un hijo espiritual de Francisco, sin olvidar las raíces doctrinales de León XIII.
Su discurso inaugural ha estado cargado de símbolos, entre ellos la cita de San Agustín, fundador de su orden religiosa:
«Soy un hijo de San Agustín. Agustiniano. Que dijo “Con vosotros soy cristiano y por vosotros obispo”»
«Debemos comenzar juntos una iglesia misionera. Una iglesia que construya puentes de apertura y de diálogo siempre abierta a recibir. Como esta plaza, con los brazos abiertos a todos. Todos aquellos que necesitan caridad. Nuestra presencia, el diálogo y el amor»
Esta frase no solo ha evocado su identidad agustiniana, sino también su deseo de un pontificado aperturista dirigido a todas las personas.
Como prefecto del Dicasterio para los Obispos y obispo en Perú, León XIV ha vivido de cerca los desafíos de una Iglesia global y herida, pero también viva y en búsqueda.
Ha conocido la pobreza de los pueblos latinoamericanos, ha participado en los procesos de reforma vaticana y ha mostrado una notable sensibilidad para unir lo doctrinal con lo pastoral.
Con su elección, muchos ven una oportunidad para consolidar lo que Francisco ha iniciado, con una mirada que bebe de la sabiduría del pasado.
Discurso completo:
Un horizonte abierto: Iglesia, mundo y misión
El futuro con León XIV y por ende el de la Iglesia Católica, no está escrito, pero ya ha comenzado a perfilarse.
Los retos son enormes: mantener el impulso sinodal, afrontar los escándalos de abuso con transparencia, sostener la voz profética de la Iglesia frente al cambio climático, las guerras y la pobreza global.
Al mismo tiempo, León XIV tiene ante sí la tarea de reencantar a muchos católicos alejados, especialmente en Europa y Norteamérica, y seguir fortaleciendo el dinamismo de las Iglesias del Sur global.
En él convergen tres dimensiones esenciales: la herencia doctrinal de León XIII, la pastoralidad de Francisco I, y una visión nueva hacia el siglo XXI. Pasado, presente y futuro se han entrelazado en un nombre, en una persona y en una misión que apenas ha comenzado.
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