La Lonja de Valencia: un Patrimonio Mundial manchado por la inacción administrativa
La Lonja de la Seda, joya del gótico civil valenciano y declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en diciembre 1996, se enfrenta una amenaza cotidiana que pone en jaque su conservación y su imagen: el uso indebido de sus escalones como zona de picnic improvisada.
Turistas y viandantes se sientan a comer, beber, fumar y dejan residuos, manchando los escalones del monumento, que forman parte de sus fachada, y degradando un monumento que simboliza el esplendor mercantil del siglo XV.

Esta problemática, denunciada reiteradamente por asociaciones cívicas, ha culminado en una contundente recomendación del Síndic d’Agravis de la Comunitat Valenciana, que urge a las administraciones a actuar con medidas efectivas y cumplir con sus obligaciones legales.
Un problema que lleva años agravándose y cuyo expediente, ahora finaliza con las pertinentes recomendaciones, se remonta a mayo de 2025, cuando el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural presentó una queja formal ante el Ministerio de Cultura. En su escrito, detallaban cómo los escalones de la plaza del Mercado, calle de la Lonja y Pere Compte se habían convertido en un «lugar para sentarse a beber y comer», con imágenes que mostraban latas, colillas y restos de comida esparcidos. «Una estampa vergonzosa para un monumento Patrimonio de la Humanidad», argumentaban, criticando la pasividad del Ayuntamiento de Valencia pese a las cámaras de vigilancia instaladas.
El Ministerio trasladó la denuncia al consistorio y a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat Valenciana, considerándolos competentes. Sin embargo, tres meses y medio después, ninguna respondió, incurriendo en silencio administrativo y vulnerando la Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común.
Esta omisión no es aislada. La asociación denunciante, activa desde 2011-2012, ha documentado un patrón de incumplimientos, especialmente por parte de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo.
Círculo por la Defensa ya había denunciado incidencias relacionadas, como el aparcamiento indebido de vehículos junto al monumento, violando señales de prohibición y afectando su entorno protegido.
https://conocevalenciapaseando.blogspot.com/2023/12/el-sindic-de-greuges-vuelve-sacar-los.html
El Síndic admitió la queja el 15 de septiembre y requirió informes a ambas administraciones. El Ayuntamiento respondió el 30 de septiembre, admitiendo el retraso en notificar la recepción del escrito debido a «volumen de trabajo y falta de personal». Confirmaron la apertura de un expediente (02001-2025-1097) y acciones como la instalación de carteles prohibitivos durante el verano, aunque uno fue despegado tras dos semanas y reinstalado el 26 de septiembre.
https://noticiasciudadanas.com/despegan-senaletica-prohib-sentarse-lonja/
Además, mencionaron la asignación de un policía local al enclave de la Lonja, Mercado Central y Santos Juanes desde junio. Sin embargo, la asociación rebatió en alegaciones del 1 de octubre: las medidas son «insuficientes e ineficaces». Adjuntaron fotografías mostrando turistas ignorando los carteles, y cuestionaron la efectividad policial, afirmando que patrullas pasan «de largo» sin intervenir. Vecinos y comerciantes corroboraron esta inacción, enviando evidencias en tiempo real.
La Conselleria, por su parte, respondió el 21 de octubre, argumentando que el escrito no les solicitaba nada directamente y que el asunto compete al Ayuntamiento, según la Ley de Movilidad de la Comunitat Valenciana. Se limitaron a expresar «interés» en supervisar y trasladar el tema de nuevo al consistorio.
La asociación replicó el 28 de octubre, rechazando las «excusas» y enfatizando que el problema no es de movilidad urbana, sino de protección patrimonial. «No nos consta que la Dirección General haya comunicado al Ministerio su incapacidad para responder», señalaban, criticando la descoordinación interadministrativa que deja el monumento desprotegido.
Incumplimiento reiterado y crónico de los plazos legales
En sus conclusiones, el Síndic acredita el incumplimiento de plazos: ni acuse de recibo en diez días ni resolución en tres meses, violando el artículo 21 de la Ley 39/2015. Recuerda que las respuestas deben ser motivadas y congruentes, resolviendo todas las cuestiones planteadas. Respecto al fondo, insta a cumplir la resolución previa de diciembre de 2023 (expediente 2302907), que prohibía elementos impropios en fachadas y entornos de monumentos, conforme a la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano. «El patrimonio cultural es una seña de identidad del pueblo valenciano», enfatiza, citando el artículo 46 de la Constitución Española que obliga a su conservación.
Esta recomendación no es la primera. Publicaciones periodísticas como las de Valencia Bonita han denunciado la «pasividad del Ayuntamiento», convirtiendo los escalones en un «punto habitual para comer, beber o descansar» pese a prohibiciones.
Pero el problema radica en la falta de enforcement: señales ignoradas, policía ausente y burocracia ineficaz. «Estamos ante un incumplimiento sistemático», concluye el Síndic, exigiendo consecuencias para funcionarios responsables.

Las recomendaciones son claras: adoptar medidas para mantener el área libre de ocupación, como vigilancia efectiva y sanciones, y respetar plazos administrativos. Ambas administraciones deben responder en un mes si aceptan y qué acciones tomarán. De no hacerlo, se agrava un patrón que erosiona no solo la piedra, sino la confianza ciudadana. En un contexto de overturismo post-pandemia, Valencia debe equilibrar hospitalidad y preservación. La Lonja, con su Sala de Contratación y columnas helicoidales, no es un banco público: es un legado universal.
















