La Navidad es Manises se presenta de todo menos tranquila, los momentos de paz y amor llevan ya semanas generando ruido y polémicas que han acabado por suscitar la polémica en toda la población.
Una cabalgata sin niños y sin carrozas
Según anuncios de la Concejalía de Fiestas, inicialmente se planteaba excluir a los menores de la participación directa en el desfile (por motivos de seguridad y organización) y prescindir de las carrozas tradicionales, optando por un formato más «compacto» con menos elementos. Esto ha generado malestar entre padres, asociaciones y la oposición, que lo ven como una pérdida de la esencia infantil y comunitaria del evento.
De hecho el propio Ayuntamiento llegó a reconocer que pretendía que en el boato no hubieran carrozas ya que por motivos de seguridad no quieren dejar este año subirse a las mismas a menores de edad, ni siquiera acompañados de los padres o bajo la responsabilidad de éstos.
Normalmente en las poblaciones son niños los que de disfrazan y tiran los caramelos y pequeños juguetes y regalos desde las carrozas al público, este año en Manises se pretende dar un «nuevo formato a la cabalgata». Así, desde la concejalía de Clara Arnal (PSPV) se pretende eliminar carrozas y sólo tener elementos de pequeño formato en la cabalgata de Manises, lo que ha generado un amplio rechazo entre los padres de la población, que ven que lo siguiente será «eliminar los reyes» o algo peor…
La polémica está servida en la población y se pretende que los reyes como siempre lleguen en metro a la estación d Salt de l’Aigua pero que no se trasladen en carrozas y será un recorrido hasta la Plaza de Emilio Atard donde realizarán una recepción a los niños. Parece que la idea no es eliminar la cabalgata sino dar más importancia a la recepción final en vez de a la cabalgata que sería un mero traslado desde la estación del Metro hasta la Recepción real…
Desde luego la polémica está servida estas navidades en Manises porque la idea no ha dejado a nadie indiferente y los padres de la población se han puesto en pie de guerra contra el Ayuntamiento al que califican de absurdo y con ganas de «liarla».
















