Más de 4.000 médicos se manifiestan por las calles de Valencia para exigir un estatuto propio tras su tercera huelga en un año
Más de 4.000 médicos se manifiestan por las calles de Valencia para exigir un estatuto propio tras su tercera huelga en un año
La protesta, convocada tras cuatro días de paros, culminó frente a la Delegación del Gobierno. Los organizadores criticaron el “sinuoso” recorrido autorizado y reclamaron condiciones laborales dignas para proteger a los profesionales y a los pacientes.

Una marcha masiva pese a un itinerario “sinuoso” y muy criticado
Más de 4.000 médicos se manifestaron este viernes por la tarde en el centro de Valencia para exigir un estatuto propio y denunciar unas condiciones laborales que, según sostienen, están empujando al límite a la profesión y, con ella, a la calidad del sistema sanitario. La convocatoria llegó tras cuatro días de huelga, la tercera en un año, y culminó frente a la Delegación del Gobierno entre cánticos contra el Ministerio de Sanidad y mensajes dirigidos a la ciudadanía: “Sin médicos no hay sanidad, y sin sanidad no hay salud”.
La asistencia fue calificada como masiva por los convocantes a pesar de la polémica por el itinerario autorizado. Los organizadores habían solicitado un recorrido más directo y visible, similar al seguido recientemente por el profesorado: salir desde la plaza de San Agustín, atravesar la calle Colón, continuar hacia Porta de la Mar y Tetuán, y finalizar en la plaza del Temple. Según relataron los portavoces de la protesta, la Delegación del Gobierno denegó ese trayecto y autorizó un recorrido alternativo que generó críticas por su trazado y por la dificultad para un desplazamiento fluido de una manifestación multitudinaria.








El recorrido finalmente autorizado
El itinerario seguido fue el siguiente: plaza de San Agustín, calle San Vicente, Periodista Azzati, plaza del Ayuntamiento, Barcas, Pintor Sorolla y giro por la estrecha calle Comedias para desembocar a mitad de la calle de la Paz. Desde ahí, la marcha continuó hacia la Glorieta y, finalmente, en sentido contrario y con cortes limitados al tráfico, encaró plaza Tetuán hasta la Delegación del Gobierno, sin llegar a interrumpir más que dos carriles en el tramo final.
Los convocantes consideraron “extraño” el recorrido y subrayaron que una protesta de este tamaño pierde impacto cuando se encajona en tramos estrechos y giros complejos. Aun así, la movilización mantuvo un tono reivindicativo constante y logró reunir a médicos de distintos ámbitos, edades y especialidades, además de organizaciones y asociaciones sanitarias que, según se explicó en los discursos, se han unido por un objetivo común: un marco normativo propio para la profesión médica.
“No es vocación, es explotación”: el mensaje que marcó la protesta
En la cabecera y a lo largo de la marcha se repitieron lemas como “No es vocación, es explotación” o “Con este trato no hay contrato”. La protesta fue convocada por Médicos Unidos por sus Derechos y el Sindicato Médico CESM, en un contexto de enfrentamiento político y sindical por el modelo que el Ministerio plantea para regular el trabajo en el sector sanitario.
Los médicos reclaman poder negociar sus condiciones sin que queden integradas de forma indistinta dentro del paquete general del resto de personal sanitario. A su juicio, su voz se diluye en las mesas generales, y el resultado es una regulación que no recoge la especificidad de la formación, la responsabilidad clínica y la carga real de trabajo que asumen en el día a día.
La advertencia: un sistema “en deterioro acelerado”
Durante la lectura del manifiesto, los convocantes defendieron que la reivindicación no se limita a una mejora salarial o a un ajuste puntual de jornada. El mensaje fue más amplio: la sanidad pública se habría sostenido durante años, según denunciaron, a base del sacrificio silencioso del colectivo médico, pero ese modelo ya no es sostenible.
Entre los argumentos expuestos, se destacó que la atención sanitaria se resiente cuando los profesionales trabajan exhaustos, con descansos insuficientes y con la presión asistencial disparada. En esa línea, los médicos insistieron en que cuidar al profesional es una garantía directa para el paciente. Una de las ideas repetidas en los discursos fue que el problema ya no es solo laboral: es un problema de sistema y, por tanto, de sociedad.
Jornadas de 48 horas semanales y guardias de 24 horas: el núcleo del conflicto
Los representantes sindicales denunciaron que el colectivo afronta jornadas de 48 horas semanales, incluso en un país donde el debate público gira en torno a reducciones de jornada general. A ello sumaron la realidad de las guardias, señaladas como una de las principales fuentes de desgaste: guardias de 24 horas, con retribuciones que consideran insuficientes, y con un encaje legal que, según denuncian, no reconoce adecuadamente esas horas como tiempo trabajado a efectos de jubilación.
En el manifiesto se aludió también a situaciones que, según el colectivo, no deberían normalizarse: jornadas que pueden llegar a cifras muy elevadas en determinados casos, tiempos de trabajo que no cotizan plenamente, contratos precarios y una estructura retributiva en la que la hora extraordinaria puede llegar a pagarse por debajo de la ordinaria.
Atención Primaria: 50 o 60 pacientes al día y el riesgo de una medicina sin tiempo
En el bloque de reivindicaciones se hizo especial hincapié en la carga asistencial. Durante los cuatro días de huelga, los convocantes denunciaron como abuso tener que atender medias de 50 o 60 pacientes diarios en Atención Primaria, una cifra que, afirman, impide dedicar el tiempo necesario para escuchar, explorar, valorar y explicar, y acaba afectando tanto al profesional como al paciente.
El mensaje se resumió en una advertencia recurrente: cuando la medicina se queda sin tiempo, crece el riesgo de errores, empeoran los resultados y se deteriora la relación clínica. Por eso, insistieron en que la protesta también busca evitar que el médico trabaje en condiciones que puedan traducirse en diagnósticos tardíos o decisiones tomadas con fatiga acumulada.
Incompatibilidades, movilidad forzosa y retribuciones desiguales
Los organizadores enumeraron, además, otros puntos de fricción: un régimen de incompatibilidades que consideran discriminatorio, retribuciones diferentes por el mismo trabajo y la continuidad de una movilidad forzosa ligada a la fórmula de “necesidades del servicio”, que describieron como una herramienta habitual para imponer cambios y condiciones que el colectivo considera injustas.
En paralelo, se puso sobre la mesa un problema estructural: la fuga de médicos y la dificultad para retener profesionales en determinadas comunidades autónomas. Los convocantes sostienen que las malas condiciones laborales están detrás de esa falta de retención y que el problema se agrava cuando los médicos no pueden negociar directamente sus condiciones.
Críticas también a la Conselleria: promesas incumplidas
Aunque la huelga es estatal y el foco principal se dirigió al Ministerio, en la manifestación también aparecieron mensajes vinculados a la gestión autonómica. Entre las referencias mencionadas por los convocantes figura el incumplimiento de promesas realizadas en la campaña de 2023, como la implantación de jornadas semanales de 35 horas, que, según el sindicato, aún no se habría materializado.
El impacto: más de 60.000 citas canceladas y un reto de reprogramación
La huelga tuvo un impacto notable en la actividad asistencial. Se cifró en más de 60.000 el número de citas canceladas y pendientes de reprogramación. Como referencia, el primer día se habrían pospuesto alrededor de 14.000 citas, incluyendo más de 200 cirugías. A partir de ese punto, el volumen acumulado de los cuatro días superaría las 60.000 anulaciones.
El reto inmediato es fijar nuevas fechas. Fuentes oficiales apuntaron a una reprogramación progresiva, compatible con la actividad ya planificada para los próximos meses. Sin embargo, el proceso también ha generado controversia: desde el sindicato se denunció que se habría presionado para citar a los pacientes lo antes posible, incluso con límites temporales muy próximos, mientras que desde la administración se negó esa imposición y se defendió que solo se pidió reprogramar con la mayor rapidez posible.
Un seguimiento “difícil de calcular” y la disputa por los servicios mínimos
El seguimiento de la huelga se convirtió en otro foco de debate. Los datos oficiales, calculados sobre el total de plantilla médica, situaron la participación en torno al 15% el primer día, con ascensos progresivos hasta un 17,12% al final de la convocatoria en el conjunto de la Comunitat Valenciana.
Los convocantes rebatieron esa lectura: argumentaron que el seguimiento debería calcularse sobre el personal que realmente puede ejercer el derecho de huelga, excluyendo a quienes fueron designados como servicios mínimos. Bajo ese criterio, defendieron que el paro habría alcanzado cifras muy elevadas entre los no obligados a trabajar, llegando, según su estimación, a porcentajes cercanos al 90% en hospitales y al 75% en centros de salud.
Demanda por vulneración del derecho de huelga
La polémica jurídica se intensificó con el anuncio de una demanda contra la resolución de servicios mínimos, al considerar que fueron abusivos y que vulneraron el derecho fundamental de huelga. Los convocantes señalaron que el tribunal competente no adoptó medidas cautelares para suspenderlos, pero aseguraron que continuarán con la vía judicial con el objetivo de que se declare la vulneración y se establezcan criterios más claros para futuras convocatorias.
Discursos en la protesta: responsabilidad, sistema y un “sueño” común
En la parte final, frente al destino de la marcha, se escucharon mensajes con un tono de llamada a la responsabilidad institucional. Se insistió en que la movilización nace del compromiso con la profesión y, sobre todo, con los pacientes. También se repitió la idea de que lo que se reclama no es un privilegio, sino justicia: un estatuto propio que reconozca formación, responsabilidad y singularidades del trabajo médico.
En esa línea, se apeló a que “defender a los médicos es defender a los pacientes” y a que un sistema que cuida a sus profesionales cuida mejor a su ciudadanía. La protesta resumió su objetivo como un “sueño” compartido: una legislación moderna, específica y eficaz que permita desarrollar la carrera médica en condiciones dignas dentro de la sanidad pública, sin empujar al profesional a abandonar el sistema.
Qué piden exactamente: un estatuto del médico y una negociación propia
La reivindicación central fue clara: una Ley del Estatuto del Médico o un marco propio, diferenciado, que permita negociar condiciones específicas sin que queden diluidas en acuerdos generales. Los convocantes sostienen que su trabajo presenta elementos que requieren regulación particular: guardias, responsabilidad clínica, formación prolongada, riesgos legales y presión asistencial.
En paralelo, se reclamó una reducción real de la carga de trabajo y un rediseño de las guardias para que dejen de ser un factor estructural de desgaste. El mensaje que quisieron trasladar fue que la medicina no puede funcionar a base de resistencia y sacrificio permanente, porque esa fórmula no protege al paciente y tampoco retiene talento en el sistema.
El conflicto sigue abierto
Tras cuatro días de huelga y una manifestación multitudinaria, la situación queda lejos de cerrarse. Los convocantes consideran que las reuniones con el Ministerio no están resolviendo el fondo del problema y lo interpretan como intentos de “maquillar” la negativa a sus principales demandas. Por su parte, el Ejecutivo mantiene su hoja de ruta con un Estatuto Marco común para el conjunto de la profesión sanitaria.
Mientras tanto, los médicos advierten de que nuevas movilizaciones no están descartadas si no hay avances sustanciales. La protesta de Valencia deja una imagen inequívoca: pese a un recorrido criticado y a un contexto de alta tensión organizativa, el colectivo ha demostrado capacidad de convocatoria y un discurso unificado en torno a un punto: sin un marco justo para los médicos, la sanidad pública seguirá perdiendo calidad y estabilidad.
















