La Policía Local de Valencia ha desarrollado una campaña intensiva de vigilancia en la que ha inspeccionado más de 3.000 VMP y bicicletas. El uso de auriculares, la ausencia de casco y la circulación indebida por aceras encabezan la lista de infracciones más comunes.
Valencia se planta ante el uso irresponsable de los vehículos de movilidad personal
La movilidad urbana en Valencia está cambiando a pasos agigantados, y con ella, los retos en materia de seguridad vial. Lejos de ser una moda pasajera, los vehículos de movilidad personal (VMP), especialmente los patinetes eléctricos, han llegado para quedarse. Sin embargo, su popularidad también ha traído un aumento preocupante en los accidentes y en las infracciones cometidas por sus conductores.
Consciente de esta nueva realidad, la Policía Local ha intensificado su control sobre estos vehículos con una campaña que se ha llevado a cabo del 11 al 28 de febrero de 2025, y que ha dejado cifras contundentes: más de 300 controles realizados, más de mil sanciones impuestas y una tecnología clave como novedad: el dinamómetro.
Tecnología y prevención: claves en la estrategia policial
Esta operación ha estado coordinada desde la División de Seguridad Vial, y ha implicado tanto a las comisarías de proximidad como a la USAP. Se han desplegado dispositivos simultáneos en varios puntos de la ciudad, priorizando aquellos con mayor tasa de siniestralidad, como la avenida del Port, Blasco Ibáñez o el paseo de l’Albereda.
El concejal de Movilidad y Seguridad, Jesús Carbonell, ha destacado el impacto positivo del uso del dinamómetro, que permite detectar VMP con potencia superior a la legalmente permitida. Esta herramienta, introducida en julio de 2024, ha contribuido a sacar de circulación aquellos vehículos modificados o inadecuados para el uso urbano.
“Esta campaña ha sido un éxito. La combinación de vigilancia, tecnología y análisis previo de siniestros ha demostrado ser eficaz. Vamos a seguir repitiéndola de forma periódica”, afirmó Carbonell.
Datos que hablan por sí solos
En total, se han controlado 3.226 vehículos, de los cuales el 34 % cometieron alguna infracción. Las estadísticas son claras:
- 467 sanciones por circular con auriculares.
- 261 por no llevar casco, obligatorio en los VMP tipo B.
- 63 por circular por la acera, una práctica que sigue generando conflictos con los peatones.
- 61 vehículos superaban los límites técnicos legales, algo que solo pudo detectarse gracias al dinamómetro.
- 43 sancionados por usar el móvil durante la conducción.
- 30 llevaban pasajeros no permitidos.
- 23 se saltaron un semáforo en rojo.
- 14 casos de conducción temeraria.
- 14 menores de 16 años circulando ilegalmente.
¿Por qué es necesario controlar los VMP?
Los datos sobre siniestralidad en Valencia lo dejan claro: los VMP están implicados en una gran parte de los accidentes urbanos. En 2024, se registraron 1.034 siniestros con estos vehículos, más del doble que en 2020 (414). Aunque la tendencia se ha estabilizado en el último año, la cifra sigue siendo preocupante.
En el caso de las bicicletas, la situación es algo más positiva. En 2022 se produjeron 576 accidentes con bicicletas implicadas, mientras que en 2024 la cifra bajó a 504. Aun así, la evolución desde 2020 sigue reflejando un aumento generalizado de los incidentes.
Un análisis con perspectiva
Para preparar esta campaña, la Policía Local utilizó un estudio detallado sobre los puntos más conflictivos de la ciudad. Algunas de las vías con mayor número de siniestros fueron:
- Guillem de Castro (45 accidentes)
- Jardí del Túria (42)
- Avenida del Port (40)
- Blasco Ibáñez (39)
- Avenida del Primat Reig (36)
Estas cifras no solo sirven para planificar controles, sino también para tomar decisiones sobre urbanismo, señalización y campañas de concienciación.
Voces desde la calle: la opinión ciudadana
“Vivo cerca de Blasco Ibáñez y cada día veo patinetes que van por la acera a toda velocidad. Me parece muy bien que los controlen”, cuenta Rosa Martínez, residente del barrio de Algirós.
Por su parte, David Pastor, repartidor que usa VMP, comenta: “A muchos nos meten en el mismo saco. Yo respeto las normas, pero hay otros que no tienen ni idea de lo que hacen. Debería haber más formación”.
Estas opiniones reflejan un sentir generalizado: hay una necesidad urgente de equilibrio entre la libertad de moverse en VMP y el respeto a las normas de convivencia urbana.
¿Qué se espera para el futuro?
La campaña no termina aquí. Desde el Ayuntamiento se ha confirmado que estas acciones seguirán repitiéndose. El objetivo es claro: reducir la siniestralidad y fomentar un uso responsable de los VMP y bicicletas.
Además, se estudian nuevas medidas complementarias:
- Cursos de formación obligatorios para conductores de VMP.
- Campañas educativas en colegios e institutos.
- Mayor señalización específica en zonas conflictivas.
- Revisión del reglamento municipal para endurecer ciertas sanciones.