Zona cero y cero empatía: Mazón accede (por fin) a reunirse con las víctimas de la DANA… tras días de silencio y presión
Subtítulo: El president de la Generalitat acepta la reunión con asociaciones de damnificados en la “zona cero”, mientras Diana Morant le acusa de tardar demasiado y de ignorar el sufrimiento durante meses. La política valenciana vuelve a estar más centrada en la gestión de culpas que en la de soluciones.
El anuncio que llega… cuando ya no quedaba excusa
Carlos Mazón, president de la Generalitat Valenciana, ha dado su brazo a torcer. Finalmente. Después de varios días de presión por parte de las asociaciones de víctimas de la DANA, y tras un silencio institucional que comenzaba a sonar a portazo político, Mazón ha anunciado que sí se reunirá con ellas. Eso sí, «aún no hay fecha», porque lo importante, como siempre, es mantener el suspense hasta el último momento.
La noticia llegó envuelta en un acto simbólico: la inauguración de un puente en Cheste que había sido destruido por la riada. Escenario perfecto para redimirse, ¿no? El president lo soltó como quien dice «vamos a ver si esta vez sí nos ponemos de acuerdo», y garantizó que la cita será «por supuesto, en la zona cero». Porque claro, ¿dónde si no?
¿Un gesto de compromiso… o de estrategia?
Lo que se sabe hasta ahora es poco concreto: que ha habido contacto con una de las asociaciones, que se está “ultimando” el formato, que Rosa Tourís —directora general designada como interlocutora— está en contacto con los afectados, y que el propio Mazón ha llamado al presidente de una de las entidades, Christian Lesaec. Todo muy institucional, muy “nos preocupamos”, pero sin ponerle aún día ni hora. O sea, humo.
Eso sí, desde la Generalitat ya se han puesto en contacto (o están en ello, o lo harán en breve, o eso dicen) con las otras dos asociaciones de víctimas principales. ¿Por qué ahora? Porque después de siete meses, múltiples protestas y cartas sin respuesta, la presión mediática ya no se podía ignorar más. Al menos, no sin quedar definitivamente como los malos de la película.
Diana Morant: «Lo mínimo que se le puede pedir es decencia»
Y mientras Mazón abría la puerta con cuentagotas, la ministra de Ciencia y líder del PSPV, Diana Morant, abría fuego sin contemplaciones. Desde un acto en la Comunitat Valenciana, Morant criticó la lentitud de la reacción del president y su actitud “victimista crónica”.
“El president ha tardado días en responder a las víctimas. Y no está para poner condiciones”, soltó, visiblemente indignada. Según ella, esas víctimas llevan siete meses ignoradas por la Generalitat, sin una sola visita de Mazón ni de ningún conseller, salvo —y esto ya por presión mediática— las apariciones esporádicas en actos públicos.
Morant fue más allá y denunció que, cuando los damnificados han salido a la calle a protestar, “se les ha insultado, llamado pancatalanistas o interesados, cuestionado su legitimidad, e incluso se les ha juzgado políticamente por si eran o no de izquierdas”. Que alguien diga que esto no suena a guión de serie política, por favor.
Las asociaciones responden: «Lo lógico es que estemos todas»
Como era de esperar, las asociaciones de víctimas de la DANA han celebrado el anuncio de Mazón… con moderación. Porque no se trata solo de que diga que irá, sino de cómo, cuándo y con quién.
Exigen que las tres asociaciones estén presentes, sin vetos ni exclusiones, y reclaman también estar entre los comparecientes de la comisión de investigación sobre la DANA que se está organizando en Les Corts. Lo dan por hecho, en parte porque el propio president lo avanzó hace semanas —aunque claro, con Mazón nunca se sabe si eso significa «mañana» o «cuando ya no importe».
En cualquier caso, queda claro que el encuentro no será meramente simbólico. Las víctimas no quieren una foto; quieren compromisos, cronogramas y soluciones reales. Y, sobre todo, quieren ser escuchadas como ciudadanos, no como un obstáculo político.
Ayudas, acusaciones y cifras que no cuadran
Pero aquí no se trata solo de reunirse. Este nuevo episodio se enmarca en un enfrentamiento mucho más amplio entre el Gobierno de España y la Generalitat Valenciana sobre el reparto y uso de los fondos destinados a las zonas afectadas por la DANA.
Mazón, cómo no, ha vuelto a señalar al Ejecutivo central como responsable del retraso en las ayudas, asegurando que “los 10.000 millones prometidos no han llegado” y que hay que aclarar “dónde está ese dinero”. Una cifra tan redonda como imprecisa, que añade más leña al fuego.
Morant, en cambio, replica que el 92% de los fondos ya los ha aportado el Gobierno, con 7.400 millones puestos sobre la mesa frente a los “escasos 500” que habría puesto la Generalitat. Una vez más, datos que se contradicen y que convierten una tragedia social en una guerra de cifras.
El dolor que nadie parece querer mirar de frente
Más allá del cruce de declaraciones, lo que queda es una sensación de fondo: la del abandono institucional. Porque, mientras unos se pelean por los millones y otros afinan sus discursos para ruedas de prensa, hay familias enteras que siguen esperando a que alguien reconstruya sus casas, sus calles, sus colegios, sus vidas.
La política valenciana sigue convertida en un escenario donde lo importante no es qué se hace, sino quién queda mejor en la foto. Y en ese tablero, las víctimas llevan meses jugando con desventaja, sin altavoz, sin respaldo, sin respuesta.
¿Qué podemos esperar de esta reunión?
Con suerte, algo más que un gesto vacío. Pero habrá que ver si Mazón acude a la zona cero con un compromiso claro o solo con una libreta llena de excusas. Las asociaciones no quieren promesas: quieren un calendario de ayudas, transparencia sobre los fondos europeos y estatales, y participación directa en la toma de decisiones.
¿Será esta reunión el inicio de un cambio real o un capítulo más del teatro institucional al que ya estamos tan acostumbrados?
¿Puede una reunión reparar siete meses de silencio y desconfianza, o solo servirá para lavar la imagen de quienes llegan tarde a todo?