A medida que los trabajos de siega avanzan, los arroceros valencianos están detectando una presencia de barrenador o ‘cucat’ (Chilo suppressalis) mucho más elevada de la que había en los años anteriores. Tanto es así que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) alerta de que “esta plaga ha reaparecido en los arrozales de la Albufera de una manera preocupante, llegando a causar pérdidas de más del 25% de la producción en los campos más afectados, por lo que exige mejoras en las medidas de control”.
El asociado de Pinedo, José Navarro, muestra en un vídeo cómo decenas de gusanos blancos se suben de la tierra a la maquinaria empleada durante la recogida del arroz. Pero no es un caso aislado, ya que arroceros de otros términos como Sueca denuncian que la proliferación de estos lepidópteros sucede en muchas zonas del parque natural.
El ‘cucat’ es una de las plagas más importantes en la historia de los arrozales valencianos. Sin embargo, a partir de 2006 su incidencia descendió gracias a la puesta en marcha de un control biológico basado en la confusión sexual. Esta técnica, que requiere la instalación de varillas de madera, bloquea la comunicación entre los insectos macho y hembra mediante la saturación del medio con feromas sexuales, a fin de reducir o impedir la reproducción. La Comunitat Valenciana es el único territorio de España donde se aplica esta lucha biológica en toda la superficie de arroz (15.500 hectáreas).
Ante la súbita recuperación de los niveles del ‘cucat’, AVA-ASAJA reclama a la Generalitat Valenciana “una gestión más ágil del control biológico para actuar a tiempo contra la plaga, así como el acompañamiento de otras medidas que permitan rebajar su población sin afectar al resto de insectos beneficiosos ni al cultivo del arroz”. El responsable de la sectorial del arroz, José Pascual Fortea, afirma que “es normal que haya algo de ‘cucat’ en los rastrojos después de la siega, pero no a estos niveles tan exagerados, porque eso significa que el año que viene, si no mejoramos la estrategia de lucha, será más complicado controlarla. El hongo de la piricularia y las malas hierbas ya provocan graves mermas de cosecha, debido a la falta de soluciones eficaces, y añadir ahora el ‘cucat’ supondría más sobrecostes económicos y más desperdicio alimentario”.