Las intensas lluvias de la madrugada pudieron estar detrás del derrumbe de parte del forjado, aunque Urbanismo apunta a daños previos en la vivienda
Una madrugada de angustia
La tranquilidad de la pedanía valenciana de Castellar se rompió a las cinco de la madrugada de este martes, cuando un matrimonio de ancianos tuvo que ser desalojado de urgencia tras el colapso del forjado de su vivienda. “El susto no se nos ha ido del cuerpo aún”, explicaba uno de los vecinos, aún con la conmoción reflejada en la cara.
El derrumbe parcial no provocó heridos, pero sí generó una gran alarma entre los residentes, muchos de ellos todavía marcados por las inundaciones de la DANA de hace 11 meses.
Bomberos y técnicos, de inmediato en el lugar
Al lugar acudieron efectivos de bomberos y responsables de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento de Valencia, que procedieron a apuntalar la estructura y revisar los daños.
El concejal de Urbanismo, Juan Giner, visitó la casa y confirmó que se investigan las causas del colapso:
“Estamos estudiando si ha podido ser la lluvia de esta noche o si la vivienda tenía ya previamente otro daño. La segunda hipótesis es la más probable”, apuntó.
El edil también señaló que, aunque no es necesario el derribo inmediato, los propietarios no podrán volver de momento a la vivienda. Afortunadamente, cuentan con otra casa familiar en la que se han alojado.
Un barrio marcado por la DANA
El barrio de la Almassereta de Castellar fue uno de los más castigados por la DANA de 2024. En aquel episodio, el agua llegó a entrar con fuerza en muchas viviendas. “Nos entró más de medio metro de agua”, recuerda una vecina. “Esta vez también ha llovido mucho, pero al menos no ha llegado a colarse en las casas”.
Aun así, el miedo permanece. “Hemos pasado una noche fatal. Cada vez que llueve fuerte, tememos que se venga la casa abajo”, reconoce otro vecino.
Fin de la alerta, pero no del miedo
El Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana confirmó este martes el fin de las alertas por lluvias en las provincias de Valencia y Castellón, aunque se mantiene el nivel naranja en el litoral norte de Alicante, donde se esperan acumulados de hasta 60 l/m² en una hora.
En Castellar, sin embargo, la tranquilidad está lejos de recuperarse. “Esto ha sido un aviso. Vivimos con la preocupación constante de que el próximo temporal pueda volver a destrozarlo todo”, dicen los vecinos.
Una herida abierta
La pedanía, rodeada de huerta y atravesada por el recuerdo de la última DANA, vive ahora con la mezcla de alivio y miedo que dejan episodios como el de esta madrugada: sin víctimas, pero con la certeza de que la fragilidad de las viviendas y el recuerdo del agua siguen pesando.
Para el matrimonio desalojado, su casa —la de toda una vida— ya no es segura. Para sus vecinos, lo ocurrido es un recordatorio doloroso: en Castellar, cada nube negra trae consigo el temor de que la tragedia vuelva a repetirse.