Delito se busca: Puigdemont ya puede volver, pero que traiga churros
El Tribunal Constitucional avala la ley de amnistía y los delitos del procés desaparecen por arte de ley. Sí, lo que era ilegal ayer, hoy es “cosas que pasan”. Rajoy en shock, Puigdemont haciendo maleta, y Junqueras pidiendo una habitación con vistas al Congreso.
Señoras y señores, atención porque estamos ante el mayor ejercicio de magia jurídica desde que Hacienda perdonó a Cristiano Ronaldo con una sonrisa. Desde hoy, 26 de junio de 2025, los delitos cometidos durante el procés han dejado oficialmente de existir a efectos legales. Así lo ha decidido el Tribunal Constitucional, ese mismo que en 2010 recortó el Estatut y ahora dice: “donde dije ‘sedición’, digo ‘meh'”.
La ley de amnistía, cocinada a fuego lento entre indultos, ERC, Junts, votos de investidura y reuniones secretas con más drama que un capítulo de “La Casa de Papel”, ha culminado con el respaldo del Constitucional. El resumen es fácil:
“Todo lo que pasó, pasó. Pero a nivel judicial, aquí no ha pasado nada.”
Como si el 1-O, las urnas de plástico, los empujones policiales, las declaraciones unilaterales, el 155 y la fuga belga fueran simplemente un mal episodio de “Polònia” que se ha borrado del archivo.
Los delitos que se han evaporado como por arte de Sánchez
¿Qué delitos han desaparecido? Veamos la lista del “borrón y cuenta nueva”:
- Sedición (aunque ya fue derogada antes)
- Malversación (la de “buena fe”, porque la de “me lo quedo todo” sigue viva)
- Desobediencia grave
- Rebelión (aunque nunca se llegó a condenar por eso)
- Usurpación de funciones públicas
- Desórdenes públicos agravados
Puigdemont y los suyos podrían volver mañana en Ryanair, con descuento, y no pisar un juzgado ni para renovar el DNI. Junqueras puede presentarse a las elecciones sin que le pregunten por su pasado y Forcadell podrá volver a presidir lo que le pongan delante, incluso un karaoke si hace falta.
Los únicos que siguen esperando justicia son los que en 2017 votaron sin saber que eso acabaría siendo delito y ahora se enteran de que tampoco era tan grave. Ironías de la vida.
Puigdemont: de fugitivo a posible candidato a Eurovisión
Carles Puigdemont, también conocido como “El Exiliado VIP”, lleva desde 2017 dando más vueltas que una peonza en Bruselas, viviendo entre conferencias, ruedas de prensa en francés nivel B1 y llamadas a Waterloo que no eran precisamente turísticas.
Ahora, con la amnistía en el bolsillo, Puigdemont puede volver cuando le dé la gana. Aunque claro, en Junts ya están discutiendo si debe regresar como héroe nacional o como candidato a la Generalitat, o ambas cosas a la vez si la campaña se pone poética.
Y mientras tanto, en la frontera, los mossos ya han quitado el cartel de “se busca” y lo han sustituido por un “bienvenido, Carles, no olvides tu pin de la estelada”.
De Rajoy a Rufián: el bingo emocional del procés
¿Y qué opinan los protagonistas de entonces?
- Mariano Rajoy probablemente esté mirando el BOE como quien lee un folleto de IKEA en sueco. “¿Pero esto no era ilegal?”, preguntará entre sorbos de café descafeinado.
- Albert Rivera… bueno, sigue desaparecido, como los escaños de Ciudadanos.
- Rufián, por su parte, lleva tres entrevistas seguidas diciendo que “esto es una victoria de la democracia y de la negociación inteligente”, aunque su cara diga que le sabe a poco.
- Feijóo, mientras tanto, ha llamado al Constitucional “instrumento del sanchismo” y ha prometido derogarlo todo en cuanto tenga un escaño más que Vox.
España, tierra de pasiones. Un día te juzgan por romper la Constitución, al siguiente te hacen trending topic por regresar con impunidad.
¿Y la gente? Pues como siempre: confundida pero ya con ganas de playa
Para el ciudadano medio, esto es como cuando el VAR anula un gol cinco minutos después:
“¿Entonces en qué minuto vamos del partido? ¿Esto era penalti o no?”
Las redes están en llamas. Unos celebran el “triunfo del diálogo”, otros hablan de “traición al Estado”, y algunos simplemente preguntan si con la amnistía también se perdonan las multas de la zona azul de 2017. (La respuesta es no, que eso sí es sagrado).
Lo que sí está claro es que el procés ha pasado de ser el mayor desafío institucional desde Tejero, a una especie de “escape room” político con final feliz para casi todos. Bueno, menos para los jueces que han estado siete años escribiendo sentencias para que ahora valgan lo mismo que el curriculum de Tamara Falcó en la NASA.
Conclusión: El procés ha muerto. Larga vida al procés 2.0
Lo que ha hecho el Tribunal Constitucional es poner la guinda final a un pastel que nadie se atrevía a hornear del todo.
- Primero vinieron los indultos.
- Luego la derogación de la sedición.
- Después el “malversar no es robar si es con buen corazón”.
- Y ahora, la amnistía total: como si todo lo anterior hubiera sido una pesadilla con urnas de plástico.
¿Se acabó el conflicto? ¿Volveremos a hablar de independencia dentro de un mes? ¿O estamos ante la paz más corta desde la tregua de Piqué con Shakira?
¿Y tú qué opinas? ¿Es esto el principio del fin del procés o solo un “continuará” con menos togas y más pancartas? ¿Y si amnistiamos también los chistes malos de políticos?