Valencia ha perdido hoy un pequeño tesoro, y su alma está más vacía. El acervo cultural de un Pueblo marca su historia, y las historias de sus gentes marcan la vida del pueblo.
Pocos saben que en el corazón de Valencia, junto a la Seo y al Micalet, en la calle Juristas, una de esas calles históricas se habla de la historia de Valencia, de sus gentes, de su cultura. Todo a través de un conjunto de obras plásticas de paneles cerámicos que cuentan la historia del Pueblo Valenciano desde una visión popular y trasgresora, bajo la óptica de un artista que conoce como pocos Valencia, a sus gentes y sus tradiciones, su historia y su Cultura, odiado por unos y encumbrado por otros, la verdad es que a nadie deja indiferente pero que ha puesto en su lugar a la Cultura Valenciana de una forma muy diferente, Carles Recio.
Esta serie cerámicos hablaba sobre la gente de Valencia, cada uno con su infrahistoria, su acervo cultural tras de sí y su significado histórico profundo.
Hoy una gran tenedora de edificios conocida por muchos como “Concha del Carmen” por ser propietaria de medio barrio, ha decidido que en uno de sus edificios que destina a alquileres turísticos no le gustaban los paneles a pesar de haber autorizado su colocación y la piqueta de unos obreros enviados por ella, ha acabado con parte de la historia de Valencia. Esto ha causado gran desolación entre los vecinos, que ven como un gran atractivo de su calle ha sido destrozado y que solo quedará en las fotos que miles de turista han hecho de este paisaje urbano.
Uno de los paneles desaparecidos hablaba de artistas valencianos, de los más y los menos conocidos, el arte en Valencia con mayúsculas que destrozado a manos de un obrero y su piqueta. Podía haberse extraído con mayor cuidado y trasladado a otro lugar, pero la historia de Valencia no vende a las grandes fortunas y sus intereses por despersonalizar nuestras calles y barrios, construyendo las mismas tiendas con los mismos atrezzos que verán desde Nueva York, pasando por París, Roma o Estambul…
Valencia ya no es lo que era, y las autoridades deben proteger este acervo cultural, debe salvaguardar la historia de sus gentes, la historia de su Cultura.
Otro de los paneles hablaba justo del valencianismo popular, una gran exaltación de Valencia. El gran panel del valencianismo popular glosaba la lucha del pueblo valenciano por su cultura durante el proceso autonómico. Una gran Senyera con bailarines alegres formaban la corona sobre el azul y las cuatro barras eran cuatro moixerangas hermanando a los valencianos de Alicante Castelló y Valencia. Una gran figura de la mítica María Aguado emerge entre el pueblo abnegado que era reprimido en los años 80 por sus anhelos valencianistas. Todo esto ha sido destrozado sin piedad por la gran tenedora de viviendas que no respeta la esencia de una Ciudad que configuran sus gentes. Los millones no tienen respeto por la cultura valenciana, y su actitud denota indiferencia por Valencia, por sus gentes y por su cultura.
El autor ha resucitado la tradición valenciana de la cerámica con estilo pop pero muy descriptivo, Este arte tan nuestro como la cerámica, gran olvidada, y sus paneles, como existen en muchos lugares paneles históricos, como el de Corregerería a pocos metros que es de índole religiosa. Estos paneles han tenido tanto éxito que establecimientos tan famosos como el pub la Marcha, el restaurante Pasta Passione o marcos y molduras Torrijas han instalado otros ejemplos de esta colección, que afortunadamente se han salvado. Son de índole popular, hablan de la historia viva, de las gentes de Valencia, de sus historias y mezclaba cultura popular con Historia, saliendo desde Fallerela al rey Don Jaume frente a un moro en la Batalla por Valencia, hasta personajes populares de los barrios y conocidos de la movida valenciana, como Alaska, Mario Vaquerizo, o incluso el recientemente desaparecido Enrique Marzal.
El especialista Nico Barrios explica los paneles artísticos en la última jornadas de ilustración de Valencia promovidas por la universidad Politécnica. Todas estas obras han sido destruidas por ambición especulativa. El sector académico estima un arte que ahora ha sido dinamitado por una señora multimillonaria cuya única afición es comprar y comprar más edificios para poner sus negocios inmobiliarios.
Unos panales muy apreciados por los comercios de la zona y que han sido en pocos meses fruto de cientos de fotografías, y aunque pocos conocían la historia de los paneles apreciaban los mismos, hoy han desaparecido varios de ellos. Suerte que los otros comerciantes valencianos de verdad si que los mantienen, y además están pidiendo en otros lugares como en Patraix o Russafa.
Los apartamentos turísticos en Valencia también acaban con la cultura valenciana, con la cultura popular y la propietaria que ha ordenado demolerlos y romperlos tiene poco apego a Valencia, a pesar de que tenga como casa un gran palacio en la Calle Caballeros, pero parece que sólo piensa en Valencia como su área de negocio. Sus edificios en la ciudad son bien numerosos, pero solo quiere casas lóbregas a las que sacar partido económico, sin ningún tipo de sensibilidad ni cuidado. Porque todo se podía haber salvado si se hubiera sacado con una profesionalidad adecuada, y podrían lucir ahora en otros lugares.
La calle Juristas ofrecía un aspecto extraordinario con la revitalización del tradicional arte cerámico pero ahora enfocado en la Valencia popular. La comparación con el pasiaje devastado es desoladora, solo por el autoritarismo de una señora sin corazón.
¿Hasta cuándo vamos a seguir permitiendo estos atropellos a la cultura valenciana?.
El arte plástico bien entendido es bello y se ha de proteger, más cuando cuentan la historia de Valencia y sus gentes. Ojalá las autoridades se conciencien de ellos y eviten espectáculos como el de hoy, cuando los turistas fotografiaban estupefactos como los trozos destrozados acababan en unos capazos de goma junto a la basura.
No podemos seguir perdiendo historia, un pedazo de alma arrancan a Valencia cada vez y no podemos permitir esta despersonalización total de la Ciudad o un día nos levantaremos y no sabremos en qué ciudad del mundo nos encontramos si quiera, Valencia es lo que es y es única, conservémosla y pongámosla en valor.