El final del cauce del jardín del Turia vuelve a registrar problemas
Desde la Asociación Vecinal de Nazaret se denuncia que se sigan repitiendo los episodios de contaminación en el final del cauce histórico del Turia como el ocurrido este jueves 13 de junio mientras se siguen sin conocer las causas de la anterior mortandad de peces del pasado 5 de mayo.
El Ayuntamiento de Valencia informó entonces en los medios de comunicación que “los análisis del agua de la desembocadura del cauce histórico del Turia indican que los niveles de oxígeno estaban dentro de los parámetros normales, no detectaron restos de vertidos ni de bacterias fecales que pudieran haber causado la mortandad de peces, y que la calidad del agua puede considerarse buena teniendo en cuenta los valores de referencia para aguas de baño”.
Pero no aclaró el origen de dicha mortandad de peces por, desde la asociación vecinal, se solicitó entonces:
1. Una copia del informe municipal.
2. Que se continúe la investigación para determinar las causas de la mortandad de peces.
3. Que se adopten todas las medidas necesarias para solucionar este problema.
Desde la AA.VV. aseguran que en este momento todavía no hay contestación del Ayuntamiento.
Las reivindicaciones vecinales
La entidad vecinal añade que faltan depósitos de tormentas y retirar los lodos tóxicos del fondo del cauce.
«La solución hidráulica para evitar la contaminación del cauce pasa por completar la larga lista de actuaciones pendientes del sistema municipal de saneamiento, y desde la asociación vecinal se recuerda que es un compromiso incumplido del Puerto y el Ayuntamiento desde 1986, cuando sacrificaron la playa de Natzaret y la Punta para la ampliación sur del puerto.»
Recuerdan desde la entidad vecinal que el tramo final del histórico cauce del rio Turia tiene el lecho contaminado por metales pesados en especial plomo y zinc, y ésta podría ser, presuntamente, una de las causas de la mortandad de los peces. En la zona estaba la CAMPSA, la Papelera de la Punta, la factoría Cross de ácido sulfúrico que quemaba piritas en su producción, y Arlesa-Bungé, fábrica de aceite de soja transgénica derribada tras décadas de reivindicación vecinal.