Subtítulo: La comparecencia del presidente ante la comisión del ‘caso Koldo’ deja más evasivas que respuestas, más dudas que certezas, y una colección de frases que parecen sacadas de un manual de defensa para políticos en apuros.
El presidente que olvidó todo… menos ponerse las gafas
Cinco horas. Ese fue el tiempo que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, pasó respondiendo sin responder ante el Senado por el escándalo del ‘caso Koldo’, un caso que, como un chicle masticado, no deja de estirarse hacia todos los rincones del PSOE.
Pero si esperabas datos, explicaciones o responsabilidades, te habrás llevado una decepción de tamaño institucional. Porque en lugar de respuestas, Sánchez ofreció evasivas de todos los sabores:
- 18 veces dijo «no me consta».
- 11 veces soltó un «no lo sé».
- 7 «no tengo constancia».
- 6 «no recuerdo».
- Y entre medias, varios «no sabría decirle», «desconozco», «no tengo conocimiento»…
Una sinfonía de negaciones pasivas, una especie de poesía burocrática que algunos en el Senado podrían estar memorizando para su próximo karaoke político.
«No me consta»: el clásico que nunca falla
La frase «no me consta» ya es parte del folclore político español. Es elegante, educada y, lo mejor de todo, absolutamente ambigua. No niega, pero tampoco afirma. Es como decir “yo pasaba por aquí” cuando te preguntan por una bomba de relojería.
En su uso moderno, se ha convertido en el «me reservo el derecho a seguir gobernando sin decir nada comprometedor». Y Pedro Sánchez la usó con una soltura que habría hecho llorar de orgullo a cualquier abogado penalista.
Un repaso por las evasivas presidenciales (sí, hay ranking)
Según el recuento de los senadores del Partido Popular (que no estaban precisamente entretenidos con la sesión), estas fueron las frases más repetidas por el presidente durante su actuación estelar:
- «No me consta» (18 veces): Traducción libre: “Si ha pasado, yo no lo vi”.
- «No lo sé» (11 veces): “Podría saberlo, pero he decidido que hoy no”.
- «No tengo constancia» (7 veces): “He perdido el albarán de la realidad”.
- «No recuerdo» (6 veces): “He decidido ser selectivamente amnésico”.
- «No sabría decirle» (3 veces): “Ni sí ni no, ni blanco ni negro”.
- «Desconozco» (5 veces): “Eso debe saberlo otro… ¿no?”.
- «No tengo conocimiento» (2 veces): “Conocimiento, lo justo”.
¿Un circo? Sánchez lo llama así, pero el espectáculo lo dio él
Y como si no fuera suficiente con esta coreografía de incertidumbres, el propio Sánchez comenzó su comparecencia llamando «circo» a la comisión, acusando al Senado y a los medios de comunicación de montar “una campaña de difamación”.
Pero vamos a ver: si tú dices que no sabes, que no recuerdas, que no te consta… ¿qué quieres que digamos nosotros? ¿Que estás haciendo pedagogía del olvido? ¿Un curso exprés de cómo salir ileso de un interrogatorio con estilo y gafas nuevas?
El contexto que lo explica todo (o lo complica más)
Recordemos de qué se le preguntaba:
El caso gira en torno a Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, y una trama con supuestos cobros irregulares, contratos hinchados y el uso de dinero público para fines que no aparecen en los presupuestos… ni en la moral.
También salpicaba a Ábalos, exministro y según Sánchez, «una persona de su máxima confianza», aunque ahora, tras los audios filtrados donde se hablaba de mujeres y fines de semana “moviditos”, el presidente dice que le repugnan sus hábitos personales. ¿Nadie se enteró antes? Bueno… “no me consta”.
El libro que lo predijo todo (sí, ya existía el manual)
Para añadir una capa más de ironía institucional, en 2021 el periodista Alfonso Pérez Medina publicó un libro titulado:
🧠 «No lo sé, no recuerdo, no me consta»
En él se recogían las respuestas más usadas por políticos en procesos judiciales, especialmente en casos de corrupción. Era casi una guía de supervivencia para comparecientes: si te preguntan algo comprometido, niega la evidencia… pero con cortesía.
Y aquí estamos en 2025, viviendo la secuela del libro en directo desde el Senado, con un presidente que parece haber hecho los deberes.
Las gafas: el nuevo escudo presidencial
Por si fuera poco, la puesta en escena incluyó un detalle que mereció artículo propio: Pedro Sánchez estrenó gafas durante su comparecencia. Unas gafas de 290 euros, que según los expertos en lenguaje no verbal, son un elemento de seguridad y una estrategia para desviar la atención.
Así que mientras repetía “no lo sé”, lo hacía con un aire de intelectual severo que casi nos hace olvidar que llevaba cinco horas sin contestar a nada con claridad.
¿Conclusión? Bueno, depende del día
En una de las respuestas más comentadas, cuando la senadora de UPN le preguntó cuántas personas viajaban en el famoso “Peugeot” de la trama, Sánchez contestó con un irónico:
“Depende del día.”
Claro que sí. Como el número de evasivas. Como las responsabilidades. Como el nivel de indignación de los ciudadanos. Como la memoria selectiva.
Y ahora tú, lector reflexivo:
¿Estamos ante un presidente que no recuerda nada o ante un maestro de la defensa pasiva?
¿Se puede gobernar un país sin constancia, sin datos y sin memoria… pero con gafas de diseño?
¿O es que en el fondo… todos los políticos terminan viendo borroso cuando les llega el turno de rendir cuentas? 👓
🧠 ¿Qué crees que pasaría si un autónomo respondiera a Hacienda con un «no me consta» 18 veces seguidas?
(Ay, espera, que a esos sí que les hacen ver claro… y sin gafas.)
 
			 
			 
					
 
 













 


